Pianista, compositora, educadora y directora de orquesta
Se le distingue como la sucesora del gran pianista Manuel Gregorio Tavárez. El propio músico así la llamó. Además fue la primera mujer en Puerto Rico en dirigir una orquesta.
Fue la quinta hija del matrimonio entre Carmen Hernández e Ignacio Otero. Nació el 24 de julio de 1861. Comenzó a estudiar piano a los cuatro años con su padre, quien tenía una academia de música. Además de poseer un teatro en Humacao, don Ignacio fue la primera persona en traer un piano al pueblo.
También fueron sus maestros , Concepción Gadea y Ramón Tinajero. A Anita, como se le conocía, se le distingue entre las primeras puertorriqueñas conocidas por ejecutar el piano y sobresalir en la composición y educación de la música. En pleno siglo XIX, época en que saber tocar el piano para las mujeres era prácticamente un atributo como saber coser o tener la habilidad para bordar, la joven obtuvo una educación superior en los géneros clásicos e hizo de la música su profesión.
Luego de mucha discusión con su familia, que no querían que se fuera a estudiar a Europa sola, hacia 1887, con veintiséis años y después de múltiples conciertos por la Isla que le permitieron juntar recursos, viajó a Barcelona para estudiar en su Conservatorio. Posteriormente, y buscando el mejor centro de estudios de la época, se trasladó al Conservatorio de París. Allí fue discípula de Antoine Francois Marmontel, Damien Tissot y M. Toandau. Cuando terminó sus estudios, realizó conciertos en Barcelona, Madrid y París. Sobresalió especialmente en esa ciudad, cuyo concierto se presentó en la sala Pleyel, en abril de 1889, con críticas muy positivas del público especializado. En ese concierto estuvo presente el Dr. Ramón Emeterio Betances, quien también elogió a la artista diciendo: “El país que produce talento como el suyo, merece más de lo que tiene”, según lo reportó la Revista de Puerto Rico, órgano del Partido Autonomista Puertorriqueño en Ponce, el 31 de mayo de 1889.
Al regresar a Puerto Rico, a principios de 1890, reanudó sus actividades como maestra y concertista. En 1892 ofreció conciertos en Caracas, San José (Costa Rica) y las ciudades de Nueva York, Baltimore, Boston, Chicago y Filadelfia. Entre los años 1893 y 1896 se mantuvo muy activa en el extranjero, incluso se dio a conocer como profesora de piano en Nueva York. Poco después, a raíz del fallecimiento de su padre, decidió fijar su residencia en Puerto Rico. Su Academia de Música Otero, en San Juan, sería la más prestigiosa de Puerto Rico durante la primera década del siglo XX. Allí contó entre sus discípulos a Monsita Ferrer, Rosa Galiñanes, Julia Otero, Alicia Sicardó y varios otros pianistas que se consagraron a la enseñanza.
Algunas de sus composiciones fueron la danza “Atrevimiento” y los valses “Premiere pensée” (Mi primer pensamiento), y “Vals concierto”. Juan Morel Campos le dedicó la danza “Anita”, Manuel Gregorio Tavárez hizo lo mismo con la danza “Un recuerdito”, mientras que Gonzalo Nuñez los emuló reconociendo a la pianista con la “Danza Núm. 8”.
Falleció en San Juan, el 3 de abril de 1905.
Referencias:
Callejo Ferrer, Fernando. “Música y músicos portorriqueños”. San Juan: Editores Cantero Fernández & Co., 1915.
Campos Parsi, Héctor. “La música en Puerto Rico”, Tomo 7, La Gran Enciclopedia de Puerto Rico, España: Puerto Rico en la Mano y La Gran Enciclopedia de Puerto Rico, Inc. San Juan, 1976.
López Ortiz, Miguel. “Ana Otero”. Fundación Nacional para la Cultura Popular | San Juan, Puerto Rico. Publicado el 14 de abril de 2014. https://prpop.org/biografias/ana-otero-hernandez. Consultado el 20 de abril de 2021.

24 de julio de 1861
Humacao, Puerto Rico
3 de abril de 1905
San Juan, Puerto Rico
Autora: Dra. Lizette Cabrera Salcedo, 23 de abril de 2021