Deyo, Dave. “Las últimas locomotoras de Puerto Rico”. San Juan: Amigos del Tren de Isabela y Fundación Puertorriqueña de las Humanidades, 2019.
Las locomotoras fueron el adelanto tecnológico más importante para mover los trenes de la industria azucarera puertorriqueña a partir de la segunda mitad del siglo XIX. A medida que aumentó la concentración de tierras dedicadas al cultivo de la caña de azúcar fue cada vez más necesario sustituir las carretas tiradas por bueyes por máquinas movidas por vapor que transportaran las cañas a los trapiches o espacios de molienda. Luego de utilizarse esta tecnología en la agricultura, las locomotoras comenzaron a hacerse populares en el transporte de pasajeros.
El libro de Dave Deyo, apoyado por la corporación Amigos del Tren de Isabela, fundada por Víctor Díaz, contribuye a la divulgación de la historia de los ferrocarriles en el País y su significado social y económico. Incluye una valiosa colección de fotografías realizadas por el autor, principalmente entre 1967 y 1970, con fichas históricas y técnicas sobre las locomotoras, provenientes de los archivos de los manufactureros. Identifica esta tecnología en las diversas regiones del País donde el cultivo de caña y la producción de azúcar sobresalió, llaman la atención las maquinarias de la Central Mercedita en Ponce, de las centrales Roig, Canóvanas, Fajardo; de la Cambalache de Arecibo, de la Machete de Guayama y la Aguirre de Salinas, entre muchas otras.
Luego del primer contacto del autor con las máquinas, la mayoría dejaron de prestar servicio y otras cambiaron de dueño. Eso fue resultado de la caída de la industria de la caña. Es conocido que algunas herramientas y máquinas de las centrales azucareras puertorriqueñas fueron vendidas a unidades de producción en la República Dominacana, por ejemplo.
El inventario fotográfico que incluye esta publicación es un gran aporte a la historia de la tecnología en Puerto Rico. Deyo apunta que presenta un remanente de las 600 locomotoras que transitaron por los caminos de hierro en toda la Isla. El autor, quien llegó a Puerto Rico en 1967 para trabajar con el equipo de U.S. Naval Security, le ha seguido la pista a muchas de las máquinas y ha logrado ubicar algunas en exhibición en tiempo reciente, por ejemplo en Arroyo, en el Museo del Transporte en Caracas (Venezuela), y destaca la que está en restauración para el futuro Museo de Isabela.
Autora: Dra. Lizette Cabrera Salcedo
Publicado: 27 de julio de 2021