La producción de azúcar bajo el sistema de plantación fue la actividad económica que predominó en las colonias europeas del Caribe insular desde su introducción (en imitación del modelo implantado por los portugueses en Brasil) en el siglo XVI.
La siembra de la caña de azúcar y la subsecuente producción azucarera destinada, principalmente, para el mercado europeo a partir de las postrimerías del siglo XVII y a lo largo del siglo XVIII, marcaron en forma definitiva la región caribeña.