La explotación sexual y el tráfico humano figuran entre los principales problemas sociales alrededor del mundo. Aunque en un principio estas situaciones se consideraban fenómenos característicos de las regiones surasiáticas, actualmente es reconocida como una problemática mundial que se ha propagado a niveles alarmantes por Europa, América Latina y Estados Unidos. Si de cuantificar se trata, este comercio de seres humanos representa 150 mil millones de dólares de la economía informal a nivel global. Igualmente 45 millones de personas, principalmente mujeres y niñas, son víctimas de trata a nivel mundial. Puerto Rico también es parte de ese entramado como lo demuestran nuestras investigaciones (Rey, Hernández-Angueira, 2010,2014, 2019).
Este escrito representa una síntesis de la situación de la trata de personas en Puerto Rico, a la luz de los trabajos investigativos que hemos realizado en los últimos años desde la Universidad de Puerto Rico conjuntamente con la Fundación Ricky Martin y el apoyo de la Universidad de Johns Hopkins.
Vista panorámica del fenómeno
La sociedad puertorriqueña está inmersa en una ola de violencia significativa que deteriora permanentemente la integridad de sus ciudadanos y ciudadanas y nos lacera como pueblo. La violencia tiene múltiples manifestaciones empezando por lo más cruel y dramático como puede ser el crimen organizado que subsiste en una economía clandestina en el País bajo el palio de economía subterránea que en nuestro caso totaliza casi un 30 porciento del producto nacional bruto (PNB). Esta actividad se ve reflejada en la violencia entre puntos de drogas y la violencia de género que cobra la vida a través de la explotación de niñas y niños que acontece de manera casi invisible en Puerto Rico a través de la trata humana en sus distintas manifestaciones.
La violencia es producto de la desigualdad, de la pobreza, de la injusticia, de la falta de fiscalización adecuada por las autoridades pertinentes pero, sobre todo, por la falta de educación que cultiva unos contra-valores en nuestras vidas. Una educación que no propicia los altos principios de equidad, respeto, tolerancia, igualdad y principalmente, una educación que parecería no garantiza las oportunidades a los que todos y todas tienen derecho, al decir de Hannah Arendt. Al amparo de un Estado benefactor que mantiene su hegemonía a base del clientelismo político, se suscitan actos que van desde la corrupción hasta los feminicidios que hacen permisible y casi normalizan estos actos de violencia.
El fenómeno de la trata y tráfico humano opera con grandes sistemas organizados y sofisticados, pero sobre todo bajo el manto del clandestinaje, lo que lo convierte en crímenes de difícil detección. Son crímenes que atentan contra los derechos humanos y laceran la dignidad humana, al tiempo que ocasionan grandes daños a sus víctimas.
Este crimen está catalogado como la segunda actividad comercial ilícita más lucrativa del mundo, generando mas de 150 mil millones de dólares al año. Esto, sin referirse a las estimaciones realizadas sobre las sumas alcanzadas en el momento en que las víctimas llegan al país de destino que, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) envuelven, además 32,000 millones de dólares anuales producto de las múltiples utilidades de esta mano de obra explotada. Moisés Naím (2006) describe cómo el tráfico de seres humanos se ha mantenido como una de las formas de comercio ilícito tradicionales que ha sido “revitalizada” por las transformaciones en las estructuras de las redes de tráfico y la flexibilización de la mayoría de sus operaciones. Al parecer, la globalización se ha instaurado en la paradoja de conceder a los negocios ilícitos su impulso económico y político, mientras que para el comercio legítimo ha representado restricciones que, precisamente, se han traducido en incentivos y demanda para el comercio ilícito. Además, las fronteras nacionales han limitado por una parte las acciones de los estados, mientras que para los delincuentes han representado grandes oportunidades. Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, “aproximadamente 100.000 personas procedentes de países de América Latina y el Caribe son objeto de trata cada año” (UNFPA, 2006, p. 45) Sin embargo y de manera más precisa, es importante definir este fenómeno y analizar la distinción que existe para la trata y tráfico.
En primer lugar, el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especialmente de mujeres y menores, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la delincuencia Organizada Transnacional (ONU, 2000) define la trata humana como:
la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder de una situación de vulnerabilidad a la concesión o recepción de pagos o
beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. (Protocolo de Palermo, 2000)
Según Teresa Ulloa Ziáurriz, directora regional de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, A.C. (CATW-LAC), existen marcadas diferencias entre el trafico ilícito de migrantes y la trata de personas. Según la doctora Ulloa, el tráfico ilícito de migrantes es voluntario. La relación con el traficante termina en el lugar de destino, hay pago por adelantado, no hay restricción de movimiento en el lugar de destino, el reclutamiento no es premeditado, no hay incautación de documentos y el fin es llegar a un país diferente al de origen. En este, la mercancía es el servicio, el movimiento, y el delito es contra el Estado.
Por otra parte, la trata de personas es de carácter involuntario. Ulloa aclara que, en la Trata de Personas, la relación con el tratante continúa en el lugar de destino, el pago inicia cuando la persona es explotada, hay restricción de movimiento en el lugar de destino (generalmente las víctimas están encerradas). Este movimiento involuntario es internacional e igual puede ser intranacional como es el caso estudiado en Puerto Rico. El reclutamiento responde al tipo de explotación a la que se someterá, los tratantes despojan de documentos a sus víctimas y el fin es la explotación sexual, laboral y la esclavitud. En esta relación, la mercancía es la persona, y el delito es contra la persona. Por otro lado, ambos fenómenos tienen en común el hecho de que puede haber cruce irregular de fronteras (facilitación de entrada ilegal a un país – violación de leyes migratorias), operación comercial con seres humanos, la existencia de redes organizadas, la violación de los Derechos Humanos y, en ambos, no necesariamente hay cruce de fronteras, sino que la trata se produce internamente. Característica principal como ya hemos señalado en el modelo de trata que acontece en nuestra Isla.
Trata y tráfico en el País
Puerto Rico constituye un lugar de destino para turistas sexuales y lugar de tránsito para mujeres y niños de otras islas caribeñas y del interior de la Isla, con el propósito de explotación sexual. (TIP Report,2016). También se han reportado casos de extranjeros, que cruzan los mares y que son utilizados para fines de explotación laboral y sexual. Aparte de este cruce de fronteras, el tráfico y trata doméstico con niños/as puertorriqueños parece ser la modalidad más evidente del fenómeno en Puerto Rico. Esta explotación alcanza una multiplicidad de formas que van desde la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual como la pornografía, el turismo sexual, matrimonio comprado, mendicidad, y hasta venta de órganos. Incluye también los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud. Cabe destacar que el consentimiento dado por la víctima de la trata de personas a toda forma de explotación intencional es irrelevante. La trata de personas constituye la segunda empresa ilegal más importante, después de la venta de drogas y la venta de armas, generando más de 150 millones de dólares al año y afecta a más de 45 millones de personas en el mundo, donde el 90 porciento de las víctimas son mujeres y niñas.
En nuestras investigaciones encontramos casos de tráfico y trata de mujeres, niñas y niños con propósitos laborales en la economía del narcotráfico, prostitución y pornografía infantil. Aparentemente, la modalidad más significante de trata de personas en Puerto Rico suele darse en la utilización de menores ya sea para propósitos laborales y/o para actividades ilegales como prostitución, pornografía, casa de masajes, mendicidad y el negocio de drogas.
Según nuestros trabajos de investigación en los pasados 15 años, la naturaleza clandestina de este crimen impide en parte visibilizar con estadísticas el mismo, sin embargo, el alto número de niños viviendo en hogares sustitutos o de crianza, el alto número de familias viviendo en la pobreza, los niveles de migración en la Isla, junto con la discriminación por razones de género, sugiere un problema serio de tráfico y trata en Puerto Rico.
Tal es el caso de una niña de 10 años a la cual su madre la obligaba a sostener relaciones sexuales y dejarse tocar de un hombre de 73 años. Este fue detenido cuando se encontraba teniendo relaciones con la menor en la parte posterior de su vehículo donde viajaban con la madre. La madre declaró que lo hacia para que este le comprara víveres para sus necesidades básicas de la familia.
Por otro lado, también en nuestro País, la violencia de género está a la orden del día. Este fenómeno muchas veces se articula con la trata de mujeres, según evidenciamos en nuestra investigación sobre violencia de género y trata (2014). Este problema no se ha traducido en una mayor preocupación de los políticos. Asimismo, las noticias mas recientes que aparecen en los medios reflejan hasta donde se expande este fenómeno de la trata de mujeres en la Isla. Tal es el caso, de algunos empresarios inescrupulosos que se valen del engaño para prometer éxito económico y personal, siendo el ejemplo de Yatea el más sonado en meses recientes. Se le acusó al dueño de una empresa de yates, que, con promesas engañosas, invitaba a jóvenes y menores de edad a participar en el modelaje, con el fin de explotación sexual. Todavía el caso se encuentra bajo investigación.
En Puerto Rico el tema de la trata comenzó a tener cierta visibilidad a partir de 2010, cuando se publicó nuestra primera investigación, “La trata de personas en Puerto Rico: un reto a la invisibilidad”, y como consecuencia en el 2011 después de mucha presión se modificó el Código Penal, incorporando la trata de personas como un delito. Desde entonces se han redactado un número significativo de leyes encaminadas a la protección, prevención y persecución de los tratantes. Sin duda, es un avance fundamental contra esta lacra que le sirve de instrumento a las fuerzas de seguridad, la fiscalía, la judicatura y a las Organizaciones No Gubernamentales. No obstante, todavía las autoridades lo ven como delito mas que como una violación de los derechos humanos. Como consecuencia, no disponen de recursos para trabajar con las víctimas.
Las víctimas de la trata suelen ser principalmente mujeres jóvenes y menores que provienen de entornos de exclusión social y hogares vulnerables. Aunque hay excepciones. También existen factores como el sometimiento de la voluntad y/o la violencia doméstica que generan situaciones de vulnerabilidad, de acuerdo con nuestras ya mencionadas investigaciones en distintos albergues de protección a víctimas de violencia doméstica. Como hemos señalado en otras instancias, la pobreza aumenta el riesgo, pero no es la causa en sí misma. Igualmente, hemos demostrado que en Puerto Rico existen espacios donde confluyen la trata con el tráfico de mujeres. Abundan las casas de masaje, los prostíbulos, hogares sustitutos y otros espacios como los puntos de drogas, donde el dinero que genera la venta de estas sustancias se convierte en el imán que atrae a mujeres y menores convirtiéndoles en presa fácil para los depredadores. Son muchos los testimonios desgarradores de las víctimas sobrevivientes que han protagonizado el drama dantesco que supone la trata y el tráfico.
Finalmente, y tal como hemos señalado, el fenómeno de la trata de personas no es un asunto del pasado. Cada año mundialmente alrededor de dos millones de personas – un millón de niñas y niños, 700,000 mujeres y 300,000 hombres – están sufriendo en silencio situaciones de esclavitud y servidumbre sexual o laboral aterradoras sin la posibilidad de liberarse por si mismas. Por lo tanto, la trata de personas es uno de los retos más grandes en la lucha por los Derechos Humanos y la articulación de políticas de desarrollo efectivas, porque además de tener altos costos en la integridad de las personas, priva de una manera brutal a las naciones de recursos humanos vitales para el funcionamiento de una sociedad justa.
Referencias:
Hernández- Angueira, L. & Rey Hernández, C. (2017). “Violencia: género y trata”. Recuperado de http://rickymartinfoundation.org/wp-content/uploads/2017/03/LIBRO-TRATA- HUMANA-web1.pdf (PDF)
Naím, Moises (2006). “Ilícito”. (1ª ed.). Buenos Aires: Debate.
Rey Hernández, C. (2019). “El lado oculto del desarrollo en Puerto Rico: Un desafío de justicia”, 88, Rev. Jur. UPR 1204.
Rey, C., & Hernández, L. (2010). “La trata de personas en Puerto Rico: un reto a la invisibilidad”. Johns Hopkins University, Universidad de Puerto Rico, Fundación Ricky Martin. Recuperado de http://rickymartinfoundation.org/images/rmf_spanish_final1.pdf
Rey, C., & Hernández, L. (2014). “La Trata de Personas en Puerto Rico: una forma moderna de esclavitud en Puerto Rico. Universidad de Puerto Rico y Fundación Ricky Martin”. Recuperado de http://rickymartinfoundation.org/wp-content/uploads/2017/04/rmf_spanish_final.pdf
Ulloa Ziáurriz, M. T. (2007, abril). “Violencia sexual, trata y tráfico de mujeres en Puerto Rico y el Caribe”. Documento presentado en la Tercera Conferencia Anual de Agresión Sexual 2007 de Coordinadora Paz para la Mujer (CPM), “Mujer inmigrante y violencia exual; aspectos legales y psicológicos”, Colegio de Abogados de Puerto Rico en San Juan, Puerto Rico.
UNFPA, (2006). “Las fronteras de la vulnerabilidad: género, migración y derechos sexuales y reproductivos”. pp. 1-45.
United Nations (2010) “Recommended Principles and Guidelines on Human Rights and Human Trafficking”.
UNODC (2012). “Global Report on Trafficking in Persons”. New York: United Nations. Recuperado de http://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/glotip/Trafficking_in_Persons_2012_web.pdf
U.S. Department of State (June 2016).”Trafficking in Persons Report” (2016) Recuperado de https://2009-2017.state.gov/documents/organization/258876.pdf
Autores: Dr. César A. Rey-Hernández y Dra. Luisa Hernández Angüeira
Publicación: 1 de mayo de 2021
Revisión: Dra. Lizette Cabrera Salcedo, 29 de abril de 2021