Los antiguos castillos y murallas del Viejo San Juan fueron edificados por los españoles para proteger la ciudad de ataques militares y piratas. La principal fortificación de la Isla es el Castillo San Felipe del Morro, nombrado en honor al rey Felipe II de España. El mismo se encuentra en la parte superior del promontorio o morro localizado en la entrada de la bahía de San Juan, donde el terreno se eleva precipitadamente a más de 100 pies sobre el nivel del mar.
La primera estructura militar erigida en este promontorio data de 1539 y consistía en una torre de piedra construida contra el risco a unos 60 pies sobre el nivel del mar. Tenía cuatro troneras de cañón y una plataforma circular para tres piezas de artillería que se conocía con el nombre de ‘batería del agua’.
Ante el continuo asedio de piratas y corsarios, el rey Felipe II envió en 1588, a dos expertos a las Antillas para planificar las defensas de los dominios de ultramar: al mariscal de campo Juan de Tejeda y al ingeniero y arquitecto italiano, Juan Bautista Antonelli. Se aprobaron tres proyectos para San Juan: un fuerte en el promontorio, una muralla defensiva y un armatoste para defender el canal de Boquerón.
En 1599, comenzó la construcción del fuerte que consistía en un hornabeque (dos medios bastiones conectados por una cortina o muralla). Esta estructura fue diseñada por Antonelli para albergar a 3,000 personas. Este fuerte, nombrado por Tejada como “La Ciudadela”, se extendía a través del promontorio y protegía el terraplén junto a la torre y la batería del agua en la entrada de la bahía.
El nuevo hornabeque tenía dos medios bastiones. El primero llamado “Austria”, en honor a la dinastía reinante en España, además tenía vista al puerto, la bahía y a los terrenos cercanos. El segundo, llamado “Tejada”, tenía vista al Atlántico, además, contaba con: una cortina – muro recto que conectaba los dos bastiones – un foso, un portón, un puente levadizo, un revellín o fuerte triangular que cubría la cortina, una casa de guardia y depósitos para municiones y armas.
El primer ataque contra el Morro ocurrió en 1595, cuando 25 buques comandados por el corsario inglés sir Francis Drake atacó el puerto de San Juan con la intención de apoderarse de un cargamento de oro y plata. La artillería del Morro obligó a Drake a retroceder. El siguiente ataque ocurrió en 1598. El mismo estuvo a cargo de sir George Clifford, el conde de Cumberland; éste desembarcó al este de la isleta con la intención de tomar posesión de ésta. La artillería del Morro pudo retrasarlos por un tiempo, pero el conde logró ocupar el fuerte tras la rendición del gobernador Antonio de Mosquera. Sin embargo, el corsario inglés abandonó los planes de convertir a San Juan en una base inglesa cuando una epidemia de disentería cobró la vida de 400 de sus soldados. Abandonó la isleta luego de saquear el poblado y el fuerte.
Entre 1601 y 1609 se llevó a cabo la reconstrucción del Morro, que incluía la instalación de unas bases para las murallas del fuerte. No obstante, estas mejoras fueron insuficientes para detener al enemigo, como se comprobó en el ataque holandés de 1625. La flota, comandada por el general Boudewijn Hendricksz, logró entrar a la bahía esquivando el ataque de la artillería del Morro. Asediaron el fuerte desde tierra firme, pero los españoles defendieron tenazmente su posición hasta lograr sacarlos de la isleta.
En el siglo XVIII, se llevó a cabo otro ciclo de renovaciones por orden del rey Carlos III. El mariscal de campo, Alejandro O’Reilley, y el jefe de ingenieros de San Juan, Tomás O’Daly, estuvieron a cargo del diseño estructural para reforzar las fortificaciones. Los cambios incluyeron el mejoramiento de la batería principal, llamada Santa Bárbara; el rediseño de los flancos y la ampliación de los bastiones. Además, los viejos parapetos fueron remplazados por unos más gruesos y se edificaron unos cuartos a prueba de bombas, que sostenían, a su vez, un amplio terraplén o patio de tiro. Posteriormente, en 1843, se construyó un faro en la parte superior del Morro, el primero de su clase en Puerto Rico.
Durante la Guerra Hispanoamericana, el Morro fue atacado por un escuadrón naval comandado por el almirante William T. Sampson, quien bombardeó la ciudad de San Juan a lo largo de tres horas. La artillería española no pudo contener el ataque de los barcos estadounidenses. Ante la derrota de las fuerzas españolas, las fortificaciones pasaron a manos del gobierno de Estados Unidos.
Durante la primera mitad del siglo XX, el Castillo San Felipe del Morro formó parte del complejo Fort Brooke, el cual incluía viviendas y un hospital. Durante la Segunda Guerra Mundial se construyen puestos de observación y centros de comunicación en el fuerte. En 1949, el Morro fue declarado Sitio Histórico Nacional de San Juan. En 1983 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, junto a la Fortaleza y el castillo San Cristóbal. Actualmente es administrado por el Servicio Nacional de Parques. Hoy día, es una de las principales atracciones turísticas de Puerto Rico.
Adaptado por Grupo Editorial EPR.
Fuente original: Los fuertes del Viejo San Juan, Sitio Histórico Nacional de San Juan, Puerto Rico, 2002. División de Publicaciones del Servicio Nacional de Parques.
Autor: Grupo Editorial EPRL
Publicado: 8 de septiembre de 2014