Cantante, líder cultural y política
En la historia musical de Puerto Rico se le conoce como “el alma de Puerto Rico hecha canción” y como “la negra de Ponce”. Fue una mujer adelantada a su tiempo. Desde muy joven, en la década de 1940, hizo frente al discrimen por ser mujer y negra.
Nació el 23 de mayo de 1919 como Ruth Noemí Fernández Cortada, en el barrio Bélgica de Ponce. La más pequeña de las hijas del matrimonio de Santiago Fernández y Rosa María Cortada, fue una pionera en diversos campos del arte en Puerto Rico y la primera artista que retó abiertamente los prejuicios raciales de su época.
Su madre murió joven, cuando Ruth solo tenía seis años y de ahí en adelante fue su abuela Adela, espiritista y curandera, quien con el dinero que le daba la gente por las curaciones que hacía, la crió a ella y a sus hermanas. De niña, Ruth estudió piano y participaba en actividades escolares, donde ya daba muestras de sus cualidades artísticas. A los 14 años se estrenó como profesional cantando en las estaciones radiales WPRP y WPAB de Ponce, donde ganaba 50 centavos diarios. Ahí la escuchó Mingo y sus Whoopee Kids, la orquesta más popular del momento, y a los 16 años fue contratada como su cantante. Durante ocho años recorrió Puerto Rico cantando en los principales casinos, centros nocturnos, fiestas patronales y bailes.
A los 22 años fue firmada por la disquera Columbia Records, con la que grabó su primer gran éxito “Cuando vuelvas”, tema escrito por Myrta Silva. Su primera presentación en Nueva York fue en el Teatro Latino, donde el maestro de ceremonias, Héctor del Villar, la presentó como “El alma de Puerto Rico hecha canción”, frase con la que se le identificaría durante toda su carrera.
Al regresar a la Isla en 1943, decidió ingresar a la Universidad de Puerto Rico para convertirse en trabajadora social, pero su rumbo cambió al ser reclutada nuevamente por Mingo para acompañarlo en sus giras con los Whoopee Kids alrededor del Caribe, Centroamérica y Suramérica.
El 4 de agosto de 1945 se convirtió en la primera mujer negra que entró por la puerta principal del Hotel Condado Vanderbilt —los músicos de las orquestas estaban obligados a entrar por la cocina—, lo que demuestra la forma firme y arrolladora con que Ruth Fernández vivió toda su vida. A partir de ese incidente, ella misma se llamó “la negra de Ponce” para resaltar el orgullo que sentía por su herencia africana y su pueblo de origen.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Ruth viajó para cantarle a los soldados de ascendencia hispana en los campamentos militares. Al regresar a la Isla, decidió lanzarse como solista y, en 1954, participó en el primer programa musical en la televisión en Puerto Rico, el “Show Libby’s”.
A lo largo de su vida, Fernández fue pionera en una serie de actividades: fue la primera cantante femenina en una orquesta puertorriqueña, viajando por toda la Isla en una guagua con 14 músicos y el director; fue la primera intérprete de música popular en ser contratada por la Metropolitan Opera House; fue la primera cantante latina del género romántico en presentarse en los países escandinavos; fue la primera en grabar con una orquesta estadounidense; y fue la primera cantante en ser electa al Senado de su país. Además, de ser pionera en la lucha contra el discrimen racial en Puerto Rico.
La ponceña cantó para la estación de radio de la CBS, en un programa transmitido de costa a costa en Estados Unidos. Dio un concierto en el Carnegie Hall de Nueva York, que le valió magníficas reseñas en los diarios neoyorquinos, y representó a la Isla en casi todos los países de América Latina y en muchos de Europa, incluyendo Noruega, Italia, España y Francia.
En Noruega, fue contratada para cantar por tres semanas y se quedó cuatro meses. A Cuba iba todos los años a hacer una temporada en el Tropicana, el Teatro América y la estación de radio CMQ. Además, en la isla hermana grabó la opereta “Cecilia Valdés”, interpretando a la esclava Dolores Santa Cruz con unos hermosos sones afrocaribeños.

Ruth Noemí Fernández Cortada
Tuvo una larga y fructífera unión musical con Lito Peña, con quien grabó dos álbumes junto a su Orquesta Panamericana y quien le escribió y arregló muchas de sus canciones más recordadas. Dos de estas fueron el clásico de la bomba “(La bomba) ¡Ay, qué rica es!” y su canción insignia “Gracias, Mundo”. Ruth también grabó con la orquesta de Machito Grillo y con Los Hispanos.
Tuvo su propio espacio televisivo, el “Show de Ruth Fernández”, e integró el elenco de dos largometrajes. En vida, recibió los más altos honores, medallas y reconocimientos que otorgan distintos gobiernos: en Panamá le otorgaron la Medalla Vasco Núñez de Balboa; en Venezuela, la Orden Francisco Miranda; en Estados Unidos, hubo una declaración del Día de Ruth Fernández en Washington, D.C., Los Ángeles, Nueva York y, en Puerto Rico, se ganó la Medalla del Quinto Centenario, le otorgaron un Doctorado Honoris Causa en la Universidad Mundial, y más de cinco premios Cemí y Agüeybaná. De todas las distinciones, la que más le enorgullecía era la partitura de puño y letra de la canción “Ven a mí” que el violonchelista y director de orquesta Pablo Casals le dedicó en 1963.
En 1972, Fernández fue electa al Senado de Puerto Rico por el distrito de Ponce, representando al Partido Popular Democrático. Desde su escaño en la Asamblea Legislativa, buscó establecer reformas y asegurar mejores condiciones de trabajo para la clase artística en el país. También, abogó por la diáspora puertorriqueña.
En 1985 a Fernández se le rindió homenaje en celebración de sus 50 años en el arte. Importantes figuras internacionales participaron en aquella ocasión, entre ellos Mario Moreno “Cantinflas”, Libertad Lamarque, Pedro Vargas, Olga Guillot, Casandra Damirón, Alberto Cortés y Nelson Ned. Este homenaje quedó plasmado en el especial para la televisión “Ruth Fernández: Vengo de regreso”. En 1990, fue seleccionada por la revista Imagen como una de las diez mujeres más influyentes de Puerto Rico.
Fernández estuvo casada en dos ocasiones; primero, con el pelotero Juan Guilbe y, más tarde, con el cantante y compositor Tito Henríquez, matrimonio que duró 14 años. Por su trabajo filantrópico a favor de la niñez y por los múltiples jóvenes artistas que acogió y protegió, se le solía llamar “titi Ruth”.
En el 2000, con su salud quebrantada, Fernández se retiró de toda actividad pública. Murió el 9 de enero de 2012, en San Juan. El Gobierno de Puerto Rico decretó tres días de duelo por su fallecimiento y sus restos fueron enterrados en el Cementerio Civil de Ponce.
Referencias:
Fernández, Ruth. “Discography”. https://www.discogs.com/artist/2856058-Ruth-Fernandez. Consultada 17 de enero de 2022.
Ramos, Josean. “Ruth Fernández”. Fundación Nacional para la Cultura Popular | San Juan, Puerto Rico. https://prpop.org/biografias/ruth-fernandez/, revisión 9 de enero de 2012. Consultado el 17 de enero de 2022.
Valle, Norma. “Ruth Fernández: Una historia repleta de colorido, valor y logros”, artículo en El Mundo. San Juan, Puerto Rico. Publicado el 19 de octubre de 1978.

23 de mayo de 1919
Ponce
9 de enero de 2012
Autora: Rosalía Ortiz Luquis
Revisión: Dra. Lizette Cabrera Salcedo, 17 de enero de 2022
Publicado: 6 de febrero de 2022