Rosa Luisa Márquez. Foto Raquel Vázquez.
“Brincos y saltos” fue el curso de Actividades Dramáticas que diseñó Rosa Luisa Márquez para el Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico en 1979. La propuesta educativa se propuso estimular las capacidades artísticas de los estudiantes universitarios para que a su vez éstos pudieran ser catalizadores de las mismas en niños, comunidades con características especiales y ancianos. Para desarrollar el curso la actriz y maestra Márquez combinó las experiencias del teatro popular y rescató de la vida académica el rigor y la disciplina de los cursos de pantomima de Gilda Navarra; de Myrna Casas, los procesos de creación colectiva y de Dean Zayas la experiencia liberadora del Teatro Rodante.
“Brincos y saltos” también se tituló el libro que es una recopilación de aventuras, una reflexión y un manual de ejercicios y comentarios sobre el curso. El contexto para el curso fueron las décadas de 1960, 1970…, años en que los movimientos estudiantiles universitarios estuvieron íntimamente ligados a las situaciones sociales que afectaban al País.
Contradicciones sociales y económicas: la materia prima
Los jóvenes universitarios se unieron a los reclamos de los trabajadores de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, así como otros movimientos huelgarios, por ejemplo, contra la privatización de la Puerto Rico Telephone Company, entre otros. También expresaron su oposición en cuanto al servicio militar obligatorio. Estas manifestaciones iban a la par con la defensa de la identidad nacional. Junto a estos esfuerzos se creó entonces un grupo de teatro popular con el nombre de Anamú, el cual proponía un lenguaje y lugar escénico cercano al espectador que encarase los asuntos nacionales fundamentales: el desempleo, la emigración, la guerra. Se hicieron obras cortas, con sentido del humor, de propaganda, por encargo, adaptaciones de cuentos y piezas de dramaturgos jóvenes, puertorriqueños y latinoamericanos. Algunas de ellas fueron: “Pipo Subway no sabe reir” de Jaime Carrero; “Preciosa y otras tonadas que no llegaron al hit parade”, y otros textos de Luis Rafael Sánchez, Alfredo Matilla, Pedro Juan Soto, Pedro Pietri; “Historias para ser contadas” de Osvaldo Dragún, “Ya los perros no se amarran con longaniza” de José Luis Ramos y Jorge Rodríguez, “La huelga” de Jaime Barbín, “Bahía sucia bahía negra” del Colectivo Nacional de Teatro de Puerto Rico”.
Los café teatros como La Tierruca, La Tea y La Tahona surgieron y se establecieron en el viejo San Juan; ofrecían su espacio como lugar de encuentro donde buscar soluciones imaginativas a problemas de tiempo y espacio. La diversidad de estímulos promovió la creación de textos originales para apropiarse de múltiples espacios donde interactuar directamente con el público. Así también toda esta actividad obligó a los teatreros a abrir una salita propia de ochenta cojines en Barrio Obrero. A su vez, hermanó sus actividades a otros movimientos teatrales de búsqueda y ruptura en América Latina, Estados Unidos y Europa: al Teatro experimental de Cali, al Teatro del oprimido en Brasil y Argentina; al Living Theatre, al Bread and Puppet Theater, al Teatro campesino, al San Francisco Mime Troupe en Estados Unidos y al Bertolt Brecht. El terreno era fértil para la creatividad. Artistas de diferentes medios, como la gráfica, se unieron y crearon obras tales como: “El tajo del alacrán” en teatro y el Taller Alacrán (Antonio Martorell) en gráfica, que se destacaron por sus efectos multiplicadores; Pedro Santaliz se iba a la calle a forjar con aficionados de las barriadas y estudiantes, El nuevo teatro pobre de América; Miriam Colón iniciaba su ruta rodante neoyorquina; Luis Rafael Sánchez estrenaba con éxito “La pasión según Antígona Pérez”; el Tirabuzón Rojo hacía piezas de cine experimental. Se escuchaban entonces el fuego, fuego, fuego de Roy Brown, las décimas revolucionarias de Andrés Jiménez , el Antonia y Verde luz de El Topo, se coreaba a Tahoné, a Haciendo punto en otro son, a Silvio Rodríguez y a Pablo Milanés: a la nueva trova. Se improvisaba con Sunshine Logroño, Pantojas y Ricky Muratti en los pasillos de las facultades de la UPR en Río Piedras; se iniciaba y se compartía la escena con Eddie López y sus Rayos Gamma. Dirigían Pablo Cabrera y Victoria Espinosa, Gloria Sáez los disfrazaba y Gabriel Suau los cartelaba y fotografiaba.
Teatreros Ambulantes de Cayey
Todo esto sirvió como materia prima para darle forma al curso de “Brincos y saltos”, donde nació la idea de los Teatreros Ambulantes en 1979: un grupo de jóvenes que se dedicaba a desarrollar talleres de teatro en nuestras comunidades, partiendo de las vivencias de las mismas. Esos Teatreros realizaron proyectos en escuelas, hogares de jóvenes y ancianos, hospitales de siquiatría y centros de rehabilitación. El curso ha generado textos teatrales para públicos amplios como “Trapitos al aire” y “Foto-estáticas” que también se representaron en Estados Unidos y Brasil.
Foto-estáticas en Centro de Bellas Artes: https://sites.dlib.nyu.edu/hidvl/n02v6x6c
Los Teatreros Ambulantes de Cayey surgieron después, inspirado también en Anamú. Un grupo interdisciplinario de estudiantes del Colegio Universitario de Cayey, durante cuatro años se dedicó a viajar por Puerto Rico, representando obras cortas de cuentistas y dramaturgos latinoamericanos. Luego de completar su ciclo de trabajo universitario, los Teatreros pusieron en práctica, en sus respectivas profesiones, las técnicas teatrales aprendidas, multiplicando así el lugar del arte en la vida cotidiana.
Entrevista a Rosa Luisa Márquez: https://sites.dlib.nyu.edu/hidvl/kprr4xs3
Rosa Luisa, siempre activa
La actividad de esta teatrera, nacida en Santurce en 1947, no se ha detenido por la pandemia del COVID-19. En el 2020 publicó los libros “Memorias de una teatrera del Caribe, conversaciones con Miguel Rubio Zapata” y “Cuentos, cuentos y más cuentos de Gerard Paul Marín, montaje en dos tiempos, 1979 y 2004”. Para celebrar la vida de otra mujer dedicada al teatro, Myrna Casas, en 2021 realizó el documental “Myrna querida, Absurdos en pantalla”.
Entrevistada recientemente para esta Enciclopedia, Rosa Luisa destacó: “me mantengo activa haciendo teatro como pueda: presencial o como se denomine en las plataformas virtuales”. Su programa radial “1,2, 3 Probando…”, junto al artista plástico Antonio Martorell se mantiene al aire por Radio Universidad de Puerto Rico (WRTU), desde 1985.
Referencias:
Márquez, Rosa Luisa. “Memorias de una teatrera del Caribe, conversaciones con Miguel Rubio Zapata”. San Juan: Ediciones Cuicaloca, 2020.
__________________. “Brincos y saltos: el juego como disciplina teatral, ensayos y manual de teatreros ambulantes”. Con la colaboración de Antonio Martorell y Miguel Villafañe. Cayey: Ediciones Cuicaloca con el co-auspicio del Colegio Universitario de Cayey, 1992.
Márquez y Martorell. “20 años de colaboración”, página de internet http://www.antoniomartorell.com/marquezmartorell/rosa.html. Consultada 19 de septiembre de 2021.
Autor: Hiram Guadalupe Pérez
Publicado: 11 de septiembre de 2014
Actualización: Dra. Lizette Cabrera Salcedo
19 de septiembre de 2021