La Central Mercedita, ubicada en el municipio sureño de Ponce, fue uno de los emporios azucareros fundados en Puerto Rico en las postrimerías de siglo XIX. En ésta, no sólo se producía azúcar, también mieles y ron para el consumo local.
La historia de Mercedita se remonta a las primeras décadas del siglo XIX, cuando el catalán Sebastián Serrallés fundó a las afueras de Ponce el ingenio Teresa dedicado a la producción de azúcar moscabada. La fecha exacta de su fundación se desconoce. A su regreso a España, dejó el ingenio a cargo de su hijo Juan Serrallés Colón, el cual compró la participación de los otros miembros de la familia. También, adquirió tierras aledañas dedicadas al cultivo de la caña de azúcar. En 1861, consolidó estas tierras y fundó la hacienda Mercedes, la cual nombró en honor a su esposa. No se sabe a ciencia cierta en qué momento comenzaron a llamarle Mercedita. Esta hacienda contaba con unas 350 cuerdas de las cuales se cultivaban cerca de 200. En 1862, la molienda alcanzó la cifra de 725,666 libras de azúcar. A partir de 1865, también, comenzó a producir ron para la venta en el mercado local.
Durante los años subsiguientes, Serrallés adquirió e incorporó otras haciendas a Mercedita mediante compra o arrendamiento. Entre éstas se encuentran las haciendas: Laurel, Fe, Destierro, Bronce, Ponceña, Mallorquina, Barrancas, Unión, Mattei, Caño Verde, Margarita y Cintrona. Para garantizar que la azúcar producida fuese de calidad competitiva en el mercado y para agilizar el proceso de producción, en 1870, mecanizó la fase de la separación final de mieles mediante la adquisición de tachos de vapor. Esto separaba a Mercedita de las demás haciendas del litoral sur, que aún utilizaban barriles o bocoyes en esta etapa.
El proceso de cultivo, recogido y procesamiento de la caña de azúcar se hacía mediante el uso de mano de obra esclava. Juan Serrallés era dueño de 139 esclavos distribuidos en varias haciendas. Tras la abolición de la esclavitud en 1873, la mano de obra estaba constituida mayormente de esclavos libertos. A partir de la década de 1880, Mercedita comenzó a fomentar una fuerza laboral que residiera en los terrenos del hacendado.
Mercedita sobrevivió la crisis azucarera del último tercio del siglo XIX porque había diversificado su oferta al añadir la venta de mieles y ron, con lo que complementaba sus ingresos. De esa forma, Serrallés pudo ir modernizando paulatinamente la hacienda. Para finales del siglo XIX, había establecido, además, un sistema de transportación de vías férreas portátiles que utilizaba vagones tirados por yuntas de bueyes.
Luego del fallecimiento de Juan Serrallés en 1897, Mercedita pasó a manos de su sucesión. En 1902, el estadounidense de ascendencia alemana Herman H. Wirshing, ingeniero de profesión, se incorporó a la sucesión al contraer matrimonio con Julia Serrallés, una de las herederas. Este introdujo varias reformas tecnológicas a Mercedita durante la primera década del siglo XX. Es a partir de entonces que se comienza a denominar como central. Para 1902, contaba con más de 5,000 cuerdas de terreno. La cosecha de ese año produjo 20,000 sacos de azúcar (de 250 libras cada uno).
Desde la llegada de los estadounidenses en 1898, la industria azucarera isleña estaba dominada mayormente por las grandes centrales de capital estadounidense. Sin embargo, algunas criollas como la Central Mercedita lograron mantenerse en pie. El producto cosechado en la Isla, por lo general, se enviaba a refinerías en Estados Unidos para ser procesado. No fue hasta 1926 que se fundó en la Central Mercedita la primera refinería puertorriqueña, la cual llamaron Porto Rican American Refinery. Fue allí donde se comenzó a producir la azúcar Snow White. Más adelante, en 1935, la Sucesión Serrallés fundó la Destilería Serrallés para la producción de ron. En ésta, se consumía la melaza que se producía en la central y en la refinería. En 1949, la central azucarera se separó de la Sucesión J. Serrallés y se incorporó bajo el nombre de Central Mercedita, Inc. Ese mismo año, tuvo una molienda de 74,120 toneladas.
La industria azucarera puertorriqueña comenzó a confrontar problemas desde mediados del siglo XX debido a varios factores tales como el aumento en los costos de producción, la reducción de los precios de venta y las huelgas de los trabajadores. La Central Mercedita no fue la excepción a la regla. Tras años de enfrentar problemas económicos, el 13 de octubre de 1971 la Central Mercedita fue arrendada al por la Administración de Terrenos de Puerto Rico. El acuerdo incluía el uso del ferrocarril, los talleres, la refinería y la fábrica de crudo (la central).
En 1973, el contrato de arrendamiento fue transferido a la recién creada Corporación Azucarera de Puerto Rico, la cual se creó con el propósito de desarrollar y mejorar la industria azucarera isleña. La corporación adquirió mediante compra a la Central Mercedita el 30 de enero de 1979. La refinería pasó a manos de la Autoridad de Tierras de Puerto Rico el 1º de marzo de 1981. La mayor parte de los terrenos destinados a la siembra de caña, que sumaban alrededor de 8,200 cuerdas, permanecieron pertenecientes a la Sucesión Serrallés y fueron arrendados a la Corporación hasta 1985. A partir de entonces, estas tierras serían administradas por colonos particulares mediante arrendamiento directo con la Sucesión. La Corporación Azucarera garantizaba estos acuerdos a través de crédito y otros incentivos.
A pesar de los esfuerzos del gobierno para revitalizar la industria azucarera, para comienzos de la década de 1990 ésta se encontraba en situación crítica, sólo permanecían en funcionamiento cuatro centrales: Coloso, Plata, Roig y Mercedita. En 1994, la Central Mercedita cerró sus operaciones.
Referencias
“Central Mercedita”. [San Juan, P. R.]: Corporación Azucarera de Puerto Rico, [s.f.].
Ramos Mattei, Andrés. La sociedad del azúcar en Puerto Rico, 1870-1910. Río Piedras, P. R.: Universidad de Puerto Rico, 1988.
Zayas Rivera, Duhamel. El verdor y dulce de nuestra caña de azúcar. [Puerto Rico: s. n.], 2004.
Pumarada O’Neill, Luis. Trasfondo histórico de la hacienda azucarera puertorriqueña: 1523-1942. Tomo I: Trasfondo Histórico. [San Juan, P. R.]: Oficina Estatal de Conservación Histórica, [s.f.].
Autor: Grupo Editorial EPRL
Publicado: 21 de junio de 2012