Distribución geográfica de la población, 1765-1980
Para 1765, la población puertorriqueña se concentraba en las costas de la Isla, mientras el territorio del interior se encontraba prácticamente despoblado. En ese año, según el censo, el 94% de la población residía en los municipios costaneros y sólo el 6% en las regiones del interior. Otro hecho que se destaca del censo de 1765 era el predominio de la porción occidental de la Isla como foco de población. El 61% de la población residía en la parte occidental y el 39% en la oriental. Sólo San Juan, que ocupaba la segunda posición (después de San Germán) con 4,749 habitantes, se encontraba fuera de esa región.
Entre 1765 y 1827, hubo un mayor crecimiento de la población hacia el este de la Isla. Se registró, además, un marcado movimiento poblacional hacia el interior. El cambio más notable en la distribución de la población fue la pérdida de importancia de la costa oeste, mientras el interior oeste aumentó su población considerablemente. Es muy probable que el desarrollo de la industria del café produjera corrientes migratorias de importancia desde la costa hacia el interior en este sector de la Isla.
La agricultura del café se concentró en el área montañosa del interior, especialmente en el oeste, debido a que las condiciones climatológicas de esta región eran muy favorables para su cultivo. Grandes haciendas se establecieron en todo este litoral (San Sebastián, Las Marías, Maricao, Lares, Utuado, Adjuntas, Jayuya), así como en los sectores del interior de algunos municipios costaneros (e.g., Mayagüez, Yauco, Ponce). La prosperidad económica de esta región atrajo a miles de migrantes, especialmente del área costanera del oeste.
Mientras el siglo XIX se caracterizó por movimientos demográficos que resultaron en una distribución más equitativa de la población a través del territorio, el siglo XX mostró una tendencia totalmente contraria. San Juan fue el municipio de mayor crecimiento demográfico durante las primeras cuatro décadas del siglo XX. Entre 1899 y 1980, la costa nordeste tuvo un crecimiento poblacional extraordinario, equivalente a más de un 800%, mientras las demás regiones crecieron a un ritmo muy por debajo de su potencial biológico (Cuadro 1) . La pérdida de importancia de la región del interior oeste desde el punto de vista demográfico fue notable. En Las Marías y Maricao, la población se redujo durante el período de 1899 a 1940.
Como resultado de este crecimiento desigual, la costa noreste se convirtió en el foco de concentración poblacional. En 1980, casi el 40% de la población de la Isla residía en esta región. El municipio de mayor crecimiento durante el período de 1899 a 1980 fue Toa Baja, cuya población se multiplicó 19 veces durante esos años. Algo parecido ocurrió en Bayamón. Los siete municipios de mayor crecimiento demográfico durante el período de 1899 a 1980 forman una franja continua en la costa norte, con San Juan como centro.
Los cambios en la distribución geográfica de la población de Puerto Rico durante el siglo XX responden en gran medida a movimientos migratorios internos; éstos, a su vez, fueron causados principalmente por los cambios económicos ocurridos a partir de 1898, cuando la Isla se convirtió en una posesión estadounidense. Uno de los hechos económicos de mayor trascendencia en los comienzos del siglo fue la pérdida de importancia de la industria del café. Como consecuencia de los intereses económicos estadounidenses y de los cambios en las relaciones internacionales, el café, el producto de exportación de mayor importancia hacia fines del siglo XIX, perdió su mercado europeo. Este descalabro afectó grandemente a las zonas del interior de la Isla. Como resultado, miles de personas emigraron de las zonas cafetaleras a las costas de la Isla para emplearse en la siembra y cultivo de la caña. Uno de los mayores focos de atracción de emigrantes fue la región de la costa nordeste, donde se estableció un gran número de centrales azucareras.
La costa nordeste tuvo, además, otras atracciones. San Juan, la capital de la Isla y centro de esa región, se convirtió rápidamente durante las primeras décadas del siglo XX en el centro comercial, industrial, financiero y cultural indiscutible de Puerto Rico. Los cambios ocurridos en la economía de la Isla a partir de la década del cuarenta también tuvieron una gran repercusión sobre la distribución geográfica de la población. La nueva estrategia de desarrollo le dio un énfasis extraordinario a la industrialización, mientras la agricultura languidecía al transcurrir los años. La región de la costa nordeste fue la más favorecida por la industrialización debido a su accesibilidad a las facilidades portuarias de San Juan.
De igual manera, la industria de la construcción de viviendas subvencionadas con préstamos federales a largo plazo, y que comenzó a tomar auge desde los comienzos de la década del cincuenta, se desarrolló vertiginosamente en el área metropolitana de San Juan. Este desarrollo desigual ha provocado corrientes migratorias de todas partes de la Isla hacia el área metropolitana de San Juan y sus municipios adyacentes. Estos municipios ya están prácticamente saturados desde el punto de vista de la construcción de viviendas y el precio de los terrenos resulta prohibitivo para estos fines. El progresivo encarecimiento de los terrenos ha sido la causa principal del desplazamiento de la construcción de viviendas hacia municipios cercanos a San Juan, pero cada vez más alejados del centro de éste.
Autor: José L Vázquez Calzada
Publicado: 16 de septiembre de 2014.