En Puerto Rico, una gran proporción de los matrimonios era de tipo consensual para fines del siglo XIX. De acuerdo con el censo de 1899, el 34% de las personas casadas vivía en uniones consensuales. Desde esa fecha, la proporción se redujo progresivamente con el tiempo, lo que se estima en 8% en el censo de 1970 y en 4% en el de 1980. Sin embargo, el censo parece haber subestimado el número de estas uniones durante las últimas décadas. Hoy día estas relaciones se conocen por diversos nombres (convivientes, compañeros, amigos, etc.) y raras veces las parejas se refieren a ellas como uniones consensuales.
Los datos de una encuesta, realizada por la Escuela de Salud Pública del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico en 1982, demuestran que el 30.2% de todos los matrimonios informados era, en sus comienzos, de tipo consensual (Tabla 1).[Tabla 1] La incidencia de matrimonios consensuales está estrechamente asociada con la edad al casarse; es muy elevada entre mujeres que se casan muy jóvenes, así como entre aquellas que se casan a edades avanzadas. Además, este tipo de matrimonio es más frecuente entre mujeres residentes en la zona rural así como entre las que viven fuera de las áreas metropolitanas. El matrimonio consensual continúa predominando entre los grupos de más bajos niveles socioeconómicos.
Muchas de las uniones consensuales se legalizan al pasar el tiempo. Los únicos factores que demuestran tener alguna influencia en esa decisión son el tiempo y el tener hijos. En términos relativos, el mayor aumento parece ocurrir durante el primer año de la unión. En el grupo de mujeres que informó no haber tenido hijos, la proporción que había legalizado la unión fue de 30%. Este porcentaje aumenta consistentemente a medida que aumenta el número de hijos. Entre las mujeres con 4 hijos o más, ascendió a 59.3%.
Las uniones consensuales son extremadamente inestables al compararse con los matrimonios legales. En esta encuesta, casi la mitad (49.5%) de las mujeres que comenzaron su vida de matrimonio en uniones consensuales informó que su primer matrimonio se había disuelto por separación o por divorcio. La cifra correspondiente a mujeres que se iniciaron en matrimonios legales fue de 24%.
Las uniones consensuales son más frecuentes en los segundos matrimonios. Esto se debe a que una alta proporción de las mujeres que habían tenido un matrimonio legal que se disolvió cambian a una unión consensual cuando vuelven a casarse. Sin embargo, la inmensa mayoría de las que habían tenido una unión consensual que se disolvió continúa en ese mismo tipo de relación marital en los matrimonios posteriores.
Contrario a lo que indican los datos del censo, las uniones consensuales, que hoy se denominan de diversas formas, constituyen una alternativa de importancia al matrimonio legal en Puerto Rico. Este tipo de relación, que había venido disminuyendo desde principios del siglo XX, comenzó a ascender nuevamente durante la década del sesenta y en los últimos años ha alcanzado niveles de gran magnitud. Esta tendencia podría atribuirse, entre otras cosas, a la llamada revolución sexual, a la liberación femenina y al escepticismo hacia el matrimonio legal como consecuencia del extraordinario aumento en el divorcio, que ha convertido en un mito su prometida perpetuidad.
Autor: José L Vázquez Calzada
Publicado: 16 de septiembre de 2014.