Luis A. Ferré Aguayo, https://www.senado.pr.gov/Pages/Past%20Presidents/lferre.aspx
Ingeniero, empresario, político, líder cívico, pianista y filántropo
Ponce, en el año 1896 acogió al joven mecánico Antonio Ferré Bacallao, procedente de Cuba. Ese municipio era el más rico en azúcar, y su ciudad se proclamaba como la más puertorriqueña y cosmopolita de la Isla. Fue allí donde Antonio conoció a Mary Aguayo Casals, su futura esposa, y donde sus seis hijos dieron sus primeros pasos y vivieron gran parte de su juventud. Luis, el segundo hijo, nació el 17 de febrero de 1904.
Fueron los años de prosperidad azucarera que siguieron al cambio de soberanía ̶ de española a estadounidense ̶ a partir del 1898, que permitieron a Antonio Ferré abrir un pequeño negocio en el que se desempeñaba como mecánico y representante de ventas de maquinaria azucarera y cafetalera. Mientras Antonio trabajaba sin cesar, su familia crecía en el vecindario de la calle del León, en cuyas escuelas públicas Luis realizó sus primeros estudios. De aquellas escuelas de Ponce, pasó a Morristown School, en Nueva Jersey (1919-1921), y de ahí, al Massachusetts Institute of Technology. Vivió los “roaring twenties” en la ciudad de Boston, se enriqueció con su exquisito ambiente cultural, y, por supuesto, terminó su bachillerato (1923) y maestría (1925) en Ingeniería Mecánica. Al mismo tiempo perfeccionaba su dominio del piano en el New England Conservatory of Music.
Al terminar sus estudios, el joven ingeniero de 21 años de edad pasó a trabajar a la empresa familiar, la Porto Rico Iron Works, en el diseño, fabricación e instalación de maquinaria azucarera. Intentó despertar entre los obreros de la fundición un verdadero entusiasmo por el trabajo y, en el año 1928, dio el primer paso para la creación de un fondo de seguro y beneficencia para los trabajadores.
Luego de un día de trabajo, Ferré encontraba sosiego y silencio evocador en una casita de altos en el patio de su casa. Para aquellos tiempos, se desempeñaba, además, como concertista, cronista de arte musical y maestro de ceremonias en veladas artísticas. Su propósito era devolverle a la ciudad de Ponce su antigua Grandeza musical, perdida durante las primeras décadas del siglo XX.
Huracán, Gran Depresión e inicios en la política
En el otoño de 1928 las condiciones económicas de la mayoría de los habitantes de Ponce se vieron malamente afectadas a causa del huracán San Felipe y, más aún, por los efectos de la Gran Depresión económica el año siguiente. Como era de esperarse, Ferré, de una manera u otra, se involucró en todos estos acontecimientos. Entendía que la situación era el resultado de la poca visión práctica de algunos líderes políticos puertorriqueños -entre ellos Luis Muñoz Marín- que subestimaron la extraordinaria importancia del azúcar en el País. Ferré se identificó con la estadidad porque siempre se había sentido estadounidense. Durante los meses de intensa actividad política con motivo de las elecciones de 1932, Ferré colaboró en la campaña de reelección del candidato del Partido Unión Republicana a la Cámara de Representantes, su amigo y concuñado Miguel A. García Méndez. De igual forma, cuando éste último y otros líderes reformistas, laboristas y liberales formaron la Unificación Tripartita Puertorriqueña, Ferré ingresó en ella.
Ferré se lanzó al ruedo político en 1940, como candidato de la Unificación Tripartita a la alcaldía de Ponce. Su candidatura fracasó; la Unificación Tripartita sufrió una derrota electoral de proporciones catastróficas. Comenzaba entonces la era de Muñoz Marín y del Partido Popular Democrático.
Sin embargo, mientras Ferré fracasaba en sus aspiraciones políticas, triunfaba en la industria. Tras el establecimiento en 1939 de la Puerto Rico Cement en Guaynabo por el Gobierno de Puerto Rico, los Ferré con la experiencia de la Porto Rico Iron Works de base, decidieron construir su propia fábrica de cemento. Así, en septiembre de 1942, comenzó a funcionar el primer horno de la Ponce Cement.
A mediados de la década de 1940, cuando la Segunda Guerra Mundial llegó a su fin, Ferré comenzó a ser reconocido como figura de relieve en el movimiento estadista puertorriqueño. Una encuesta política que organizó aquel movimiento en Estados Unidos, así como la celebración del Tercer Congreso Pro Estadidad en Ponce, fueron muestras de su iniciativa y de su entrega a la causa.
Para 1948 continuaba en ascenso la fama de Ferré como reformador social, ganada en Ponce durante las últimas décadas. Por otro lado, su constante defensa del capitalismo y de la iniciativa privada, que tanto se atacó durante la administración del gobernador Rexford Tugwell y del Partido Popular caracterizaron ese periodo de su vida. Por ello, cuando se presentó como candidato a comisionado residente por el Partido Estadista Puertorriqueño, se desató una polémica sobre si él, procediendo de un partido de conservadores, podía ser liberal. El líder insistió en demostrar que Puerto Rico podía asumir inmediatamente las responsabilidades económicas de la estadidad.
A raíz del resonante triunfo del Partido Popular, y como resultado de la plataforma que éste había adoptado durante la campaña electoral de 1948, se produjeron decenas de anteproyectos de lo que habría de convertirse en la llamada Ley de Constitución y Convenio, o Ley 600, a partir de la cual se creó el Estado Libre Asociado (ELA). Desde que se dieron a conocer los pormenores del proyecto de la Ley de Constitución, Ferré manifestó que la única fórmula de estatus que debía aceptarse era la estadidad, sin periodos transitorios. La ley del fue aprobada por amplia mayoría en un referéndum.
El 17 de septiembre de 1951, en el Capitolio insular, se reunió por primera vez la Convención Constituyente que redactaría la Constitución. Uno de los noventa delegados fue Luis A. Ferré. El político presentó una de las enmiendas más importantes en los últimos días de la Convención. Propuso que en el preámbulo de la Constitución se aprobara el uso de la palabra “unión”, en lugar de asociación para describir la relación entre Puerto Rico y Estados Unidos.
Para Ferré, los cuatro años que transcurrieron entre 1948 y 1952, fueron de extraordinario provecho pues llevó a cabo grandes obras como líder cívico y filántropo. En 1948, hecho a andar la idea de establecer la Universidad Católica de Santa María en Ponce.

Universidad Católica Santa María en Ponce
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El 11 de enero de 1953, a los 48 años, ocupó un escaño como legislador por el Partido Estadista Puertorriqueño en la Cámara de Representantes. Aparte del estatus político, otros temas salieron de su tintero legislativo, los cuales, con el correr del cuatrienio (1953-1956), le convirtieron en uno de los más reconocidos políticos entre campesinos y obreros del País. Preocupado por la fama de reformador social que gozaba Luis Ferré, en las elecciones de 1956, el Partido Popular enfiló su ofensiva, no contra el Partido Independentista o el Estadista sino contra la figura del líder estadista.
Por aquellos años Ferré y su esposa Lorencita, calladamente y con gran ilusión, también le daban forma a otro sueño. El 3 de enero de 1959, en una casona de madera en la calle Cristina, abrió sus puertas el Museo de Arte de Ponce. Luego, en el curso de 1965, el museo inauguró una nueva sede en Avenida de las Américas de la ciudad. Su colección, incluyó una diversidad impresionante de escuelas artísticas, desde los primitivos italianos hasta los prerrafaelistas ingleses, a lo que se sumó una importante colección de pinturas puertorriqueñas.

Museo de Arte de Ponce
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Por otra parte, en el Partido Estadista se avecinaba una época de crisis. Los días de perfecta cohesión entre sus líderes, como se había proclamado en 1956, habían pasado a la historia. A mediados de julio de 1966, cuando se convocó a la Comisión de Status, Ferré contrajo un compromiso que le distanció de la posición asumida por García Méndez cuando instó a todos los electores capacitados a participar en el plebiscito. En sus manos quedó la defensa del ideal de la estadidad, pues con o sin enmiendas a la Ley de Plebiscito, Ferré estaba dispuesto a participar. La estadidad no podía quedar huérfana. La propuesta de Ferré fue derrotada, no obstante fue la agrupación no partidista que representó a la estadidad en el plebiscito. Se le conoció como Asociación de Estadistas Unidos.
Los resultados del plebiscito, que se celebró el 23 de julio de 1967, arrojaron un triunfo definitivo para los seguidores del Estado Libre Asociado. Este obtuvo el 60 por ciento de los votos, mientras que la estadidad logró el 39 por ciento. Sin embargo, esta última fórmula aumentó sus votos en 27 municipios de la Isla, en comparación con los obtenidos por el Partido Estadista en las elecciones de 1964. El Partido Popular, por primera vez, fue derrotado en varios precintos electorales. De inmediato, Ferré guió esta agrupación hacia la fundación del Partido Nuevo Progresista (PNP). Su carta de presentación fue “lo humildes serán los primeros”. En la mañana del jueves 2 de enero de 1969, Luis A. Ferré fue juramentado como el tercer gobernador electo por el pueblo de Puerto Rico.
Nueva era en la política puertorriqueña y retos para el desarrollo industrial
En cuanto se constituyó la nueva administración, se hizo evidente que el Partido Popular, predominante en el Senado se disponía a hacerle el camino espinoso al gobierno de Ferré. Al configurarse las cámaras legislativas, no transcurrió un solo día sin que se suscitasen conflictos entre los dos partidos principales. El nuevo gobernante se confrontó con un pueblo anhelante de cambios y en espera de los nuevos aires, pero luego de 28 años bajo el dominio del Partido Popular, la tarea de gobernación se perfilaba compleja.
Durante este periodo, Ferré mostró una voluntad sin par para salvar la agricultura de la crisis en que se encontraba desde hacía más de treinta años. Se asignó una cifra récord para la rehabilitación de la agricultura, principalmente destinada a la industria azucarera, antiguo corazón del País. Al mismo tiempo, el Gobierno garantizó un jornal mínimo de $1.00 la hora para los trabajadores del azúcar, así como para los de la agricultura en general. Pero aquellos fueron programas que pronto chocaron con la realidad. El resultado fue muy amargo, y, a pesar de que se detuvo el curso decreciente de la producción, el ocaso de esta industria no se hizo esperar. Los molinos se silenciaron y los hornos se apagaron para siempre.
En contraste con el desastre azucarero, el programa de Fomento Industrial se proponía forjar un mejor futuro para Puerto Rico. Sin embargo, al iniciarse la gobernación de Ferré el desarrollo industrial se vio frenado por una huelga portuaria y principalmente por los efectos de la másprofunda recesión en Estados Unidos desde la posguerra, combinada, a su vez, con una aguda inflación. Además, los días de júbilo de la industria petroquímica puertorriqueña quedaron atrás el 17 de diciembre de 1970, cuando el Gobierno de Venezuela aumentó el precio del petróleo. Las petroquímicas sufrieron inmediatamente las consecuencias de aquella decisión, pues todo el petróleo crudo que Puerto Rico importaba procedía de los pozos del lago de Maracaibo.
La atmósfera de crisis que avanzaba sobre la economía puertorriqueña hizo que el País esperara con impaciencia la decisión del gobernador Ferré con relación a la viabilidad de otro proyecto industrial económico: el de la explotación de los yacimientos de cobre de la región montañosa comprendida entre Utuado, Lares y Adjuntas. A medida que transcurría el tiempo, mayor se tornó la oposición contra la que se convirtió en la propuesta industrial más discutida, negociada y renegociada en la historia de Fomento Industrial. Finalmente, se descartó el proyecto. En consecuencia, la inyección económica que produciría la puesta en marcha de la industria cuprífera se hizo sal y agua, el Gobierno tuvo que valerse de otros medios para solventar la crisis en el sector industrial del País. Con ese telón de fondo, y con la economía en constante asedio, se pusieron en marcha las promesas de justicia social de “La Nueva Vida”. En primer lugar, Ferré recomendó la aprobación del bono de Navidad para los empleados públicos y privados. Pese a las luchas político partidistas de siempre, los bonos fueron distribuidos a partir del 15 de diciembre de 1969. Este ingreso adicional para el trabajador redundó en beneficio de la economía en general. De acuerdo con Ferré, el trabajador puertorriqueño ya no tendría que recurrir al usurero para realizar sus compras navideñas. Además, otorgó títulos de propiedad a los usufructuarios de parcelas establecidas en las comunidades rurales. Por otro lado, la Corporación de Renovación Urbana y Vivienda (CRUV) intensificó los diversos programas para construir viviendas al menor costo posible. Con vigorosas iniciativas, contribuyó a eliminar el problema más acuciante del País: el arrabal.
A las luchas por causa del estatus político, se sumaron a la agenda del Gobernador los conflictos con personas sin vivienda. Una oleada de lo que llamaron invasores de terrenos en 1969 fue el preludio del gigantesco oleaje de ocupaciones ilegales que se produjeron en toda la Isla durante el resto del cuatrienio. Además, en esa época el número de huelgas en Puerto Rico aumentó dramáticamente. Durante este cuatrienio se sentaron las bases para la unión del movimiento sindical puertorriqueño. Las relaciones obrero-patronales se encontraban en constante desequilibrio, siempre al borde de que el piquete degenerara en actos violentos. Con la entrada del año 1972 se incrementó el número de huelgas, en las que la violencia fue cada vez mayor.
Haciendo honor a su perseverancia y constancia, pero con esta historia reciente sobre sus hombros, Ferré se presentó una vez más como candidato a la gobernación. Al final de la contienda política, varios escándalos por corrupción se convirtieron en el principal tema de la campaña política. Tras la celebración de los comicios, el senador Rafael Hernández Colón fue proclamado gobernador de Puerto Rico.
Próximo a cumplir los 69 años, luego de terminada su gestión como gobernador, Ferré se mantuvo muy ocupado entre sus múltiples y diversos intereses. Por ejemplo, retomó los proyectos del Centro de Orientación y Servicios de la Playa de Ponce, cuyo objetivo era ayudar a los pobres de la ciudad señorial. El Centro estaba administrado por su hermana, Sor Isolina Ferré. También visitaba con regularidad el Museo de Arte de Ponce.
Por otra parte, se ocupaba de la dirección de la desmoralizada colectividad política en un momento crucial de su historia. En las elecciones generales del 2 de noviembre de 1976, la más concurrida en la historia política puertorriqueña hasta entonces, Carlos Romero Barceló y el Partido Nuevo Progresista obtuvieron la victoria. El Partido, además, logró el control de la Legislatura, asegurando el predominio estadista en ambas Cámaras por primera vez en 40 años. Ferré fue elegido senador y posteriormente, presidente del Senado. El adelantar la causa de la estadidad para Puerto Rico fue tema de interés inmediato de la gobernación de Romero Barceló y del Senado bajo el liderato de Luis Ferré. En marzo de 1977 se presentó un proyecto para celebrar primarias presidenciales en Puerto Rico. A pesar de la tenaz oposición del Partido Popular, la ley de primarias se aprobó el 24 de junio de ese año. Durante el cuarto y último año de la presidencia de Ferré en el Senado, se discutieron dos proyectos de vital importancia que captaron el interés de la ciudadanía puertorriqueña: la Reforma Peral y la creación de la Administración para el Fomento de las Artes y la Cultura.
El Partido Nuevo Progresista volvió a triunfar en las elecciones de 1980. El gobernador Romero Barceló fue reelecto y Ferré volvió a la Legislatura como senador por acumulación. El líder estadista se mantuvo en campaña activa para lograr la estadidad por lo menos hasta noviembre de 1993, teniendo 90 años, cuando la administración de Pedro Rosselló celebró un nuevo plebiscito y la fórmula estadista quedó en segundo lugar.
Luis A. Ferré murió el 21 de octubre de 2003.
Referencias:
Baralt, Guillermo. “Desde el mirador de Próspero. La vida de Luis A. Ferré, 1904-1968.”. San Juan: Fundación El Nuevo Día, 1996.
_______________. “La razón del equilibrio. La gran tarea: la obra de gobierno de Luis A. Ferré, 1969-1972”. Edición a cargo de José Carvajal. San Juan, 2011.

17 de febrero de 1904
Ponce, Puerto Rico
21 de octubre de 2003
San Juan, Puerto Rico
Autor: Dr. Guillermo Baralt, 10 de junio de 2021
Revisión: Dra. Lizette Cabrera Salcedo