Introducción: Maslow y la teoría de la motivación humana
El nivel socioeconómico de la ciudadanía es un factor determinante del acceso a los recursos y servicios que le permitan satisfacer sus necesidades. La teoría de la motivación humana —desarrollada por el reconocido psicólogo estadounidense Abraham Maslow en Motivación y personalidad (1954)— expone una jerarquía sobre las necesidades y las motivaciones que los seres humanos tienen que satisfacer para sobrevivir y que, una vez cumplidas, los llevan a tener nuevas necesidades que alcanzar. La teoría plantea que, de no satisfacer alguna de las necesidades de las primeras fases o niveles de esta jerarquía, el individuo no podrá pasar o aspirar a llenar sus nuevas necesidades.
Aunque la teoría de la motivación humana no toma en consideración las diferencias socioculturales, las necesidades de las primeras etapas aplican a cualquier sociedad. No importa la sociedad que se contemple, los individuos tienen que alimentarse, procurar albergue, salud y seguridad para poder alcanzar un equilibrio interno y aspirar a cualquier otra necesidad o satisfacción que tengan a bien atender.
Maslow presenta la jerarquía de necesidades de forma piramidal. La pirámide se divide en cinco etapas o niveles y su base está cimentada en las necesidades fisiológicas. La primera etapa o nivel comienza con la respiración, la alimentación, el descanso y el equilibrio del organismo. En la segunda etapa de la pirámide de necesidades se encuentra todo lo que se relaciona con la seguridad. Este nivel comprende las necesidades de empleo, seguridad física, recursos, moral, familia, salud y propiedad. Estos dos primeros escalones —por medio de los cuales se pueden clasificar las necesidades humanas— están íntimamente relacionados con el acceso a los recursos que permiten que el ser humano adquiera lo necesario para sobrevivir. Su punto de partida es la satisfacción de las necesidades básicas tales como: el alimento, el agua, el descanso, la salud y la seguridad.
De acuerdo con los principios de Maslow, el ser humano no puede aspirar a satisfacer sus necesidades de afiliación, reconocimiento y autorrealización —necesidades que se hallan en los niveles superiores de la jerarquía— si vive en carencia de las necesidades básicas de los niveles inferiores. Conceptualmente, un individuo no puede gozar de relaciones afectivas saludables —que corresponden la tercera fase de la pirámide de necesidades— cuando padece de hambre, carece de acceso a los recursos que le permiten cuidar responsablemente de su salud o no cuenta con un techo bajo el cual albergarse y descansar: necesidades correspondientes a las primeras etapas.
Pobreza en Puerto Rico
La carencia de medios para satisfacer las necesidades básicas de la población de Puerto Rico es un problema social persistente. Según los datos provistos por la Oficina del Censo de Puerto Rico y publicados por el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, en el 2015 un 46% de la población se encontraba bajo el nivel de pobreza. En cuanto a grupos familiares, los datos revelan que el 43% de las familias eran pobres. Del total de hogares que se clasifican bajo el nivel de pobreza, el 60% tenía como jefe de familia a una mujer.
En los hogares monoparentales se puede ver la diferencia de ingresos que existe entre los géneros. El ingreso anual de los hogares cuya jefatura la ocupa una madre soltera es de $9,007, mientras que en los hogares cuya jefatura la ocupa un padre soltero la cifra aumenta a $15,097.
La condición económica de los puertorriqueños ha empeorado aún más a raíz de los fenómenos meteorológicos Irma y María que azotaron la isla en septiembre de 2017. Según el Informe sobre desarrollo humano en Puerto Rico 2016 publicado por el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, se espera que las personas que vivan bajo el nivel de pobreza en la isla alcance el 59.8% de la población. El estudio revela que la población entre 0 y 17 años de edad que vive bajo el nivel de pobreza compone el 57% del total de la población. Según el índice de bienestar del Instituto de Desarrollo de la Juventud, para el 2016 en Puerto Rico vivían 473,611 menores (57%) en condiciones de pobreza. De estos, el 62% eran menores de cinco años de edad. En el caso de los municipios había pueblos donde los menores que vivían bajo condiciones de pobreza alcanzaba el 82%, como es el caso de Maricao. Estos datos evidencian que la niñez puertorriqueña representa el sector poblacional más vulnerable y marginado de la sociedad.
Las causas y los efectos de la pobreza en Puerto Rico
El académico mexicano Julio Boltvinik expresa en su artículo “Conceptos y medición de la pobreza. La necesidad de ampliar la mirada” que: “La existencia de la pobreza es una aberración de la vida social, un signo evidente del mal funcionamiento de la sociedad” (9). Al evaluar la pobreza prevalente en una sociedad, resulta indispensable analizar la multiplicidad de factores que causan que aumente el número de la población que vive bajo esas condiciones.
El periodo de recesión económica que experimenta Puerto Rico desde el 2006 se agravó todavía más debido al paso de los huracanes Irma y María en 2017. De hecho, el embate de los huracanes ha develado la realidad económica del país y contribuye a empeorar las condiciones propias de la pobreza y la marginación.
Dos factores que han contribuido a la pobreza en la isla son el alza en la tasa de desempleo y la baja en la tasa de participación laboral. En Puerto Rico, desde finales del siglo XX, menos del 40% de la población de 16 años o más, apta para trabajar, tiene un empleo remunerado. En muchos casos, la baja participación laboral obedece a la escasez de empleos, así como a la baja remuneración de los empleos de servicios a tiempo parcial, los cuales no devengan el ingreso suficiente para una familia nuclear de, por ejemplo, cuatro personas. Como resultado, la población recurre al endeudamiento para poder sufragar los gastos del núcleo familiar. La necesidad de costear sus obligaciones hace que los individuos comprometan su salario y que esos compromisos representen más de lo que pueden pagar conforme a sus ingresos.
El aumento en los niveles de pobreza lacera la capacidad personal del individuo de procurarse tanto los suficientes ingresos como su autoestima: elemento indispensable para confiar en la capacidad de la persona de poder satisfacer sus propias necesidades básicas. En muchos hogares puertorriqueños la persona que ocupa la jefatura familiar tiene dos y hasta tres empleos para satisfacer así las necesidades básicas de los suyos, tales como: alimento, agua, descanso, salud y seguridad. El agotamiento físico y emocional redunda en que muchos menores no reciban la atención necesaria de sus padres, quienes se han visto en la obligación de recurrir a este modo de vida para poder cubrir sus necesidades y las de su familia. Estos niños crecerán y reproducirán los patrones de conducta de sus padres en un círculo vicioso de carencia y réplica de las condiciones que contribuyen a la pobreza.
Asimismo, otras consecuencias debido al aumento de pobreza en la población puertorriqueña son las siguiente: el alza en los casos de violencia doméstica, los asesinatos, los suicidios y los robos. El pueblo está más vulnerable y su salud mental y emocional se quebranta según va deteriorándose su calidad de vida como consecuencia de la escasez.
Esfuerzos a tomarse en cuenta en miras a la erradicación de la pobreza
Todo gobierno debe de clasificar en su agenda como prioritario el atender el problema y las consecuencias que acarrean los aumentos en el nivel de pobreza de su población. El grave problema económico que representa la deuda nacional de Puerto Rico contribuye al aumento en la tasa de desempleo y la emigración. Debido a esto, merman los ingresos del Estado por concepto de contribuciones sobre ingresos lo cual reduce, a su vez, la cantidad y la calidad de los servicios que recibe la población más vulnerable: los niños y los adultos que viven bajo el nivel de pobreza.
El proceso de recuperación tras los huracanes Irma y María que atraviesa el país ha resultado más lento de lo que se anticipaba, lo que ha exacerbado la precariedad en que vive cerca del 50% de la población puertorriqueña. Resulta indispensable repensar las estrategias que contribuyan a mitigar el desafío económico que enfrenta Puerto Rico. El gobierno necesita dirigir sus esfuerzos hacia la creación de fuentes de desarrollo económico sostenible que redunden en la creación de empleos y en la autosuficiencia. Paralelamente, los esfuerzos para combatir la pobreza pudieran provenir del desarrollo comunitario con la ayuda del sector no lucrativo de la economía, conocido como el tercer sector o la economía social. El tercer factor se compone de entidades que no pertenecen al sector público y no tienen ánimo de lucro, como lo son las organizaciones no gubernamentales, las cooperativas, las fundaciones, etc.
Conclusión
Para procurar una convivencia pacífica y saludable en cualquier sociedad es necesario que los gobiernos y los ciudadanos se planteen como prioritario el que se satisfagan las necesidades básicas de todos. Conforme con la teoría de Maslow, si no se suplen las necesidades básicas de los ciudadanos, menor será la capacidad de estos de satisfacer sus propias necesidades y las de sus allegados, lo que repercute en que tampoco podrán contribuir productivamente a su porvenir individual ni al de la sociedad. Mientras menos capaz sea la sociedad de satisfacer estas necesidades, mayor será la pobreza, no solo a nivel de ingresos, sino también de productividad, salud y seguridad de sus integrantes. Por el contrario, mientras más capaz sea una sociedad de ayudar a sus ciudadanos a escalar la pirámide de necesidades de Maslow, más capaz será dicha sociedad de disminuir —e incluso erradicar— la pobreza y maximizar sus recursos internos para el bien de la ciudadanía en general.
Publicado por: Elga Valle
Boltvinik, Julio. “Conceptos y medición de la pobreza: La necesidad de ampliar la mirada”.
Papeles de población, vol. 9 no. 38, oct.-dic. 2003, pp. 9-25, http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-74252003000400002&lng=es&tlng=es
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=11203801 Informe sobre desarrollo humano en Puerto Rico 2016. Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, 2018, https://estadisticas.pr/files/Publicaciones/INFORME_DESARROLLO_HUMANO_PUERTO_RICO_1.pdf
La emigración neta se mantiene en su punto más alto en once años. Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, 15 sept. 2016. http://www.estadisticas.gobierno.pr/iepr/LinkClick.aspx?fileticket=NCblkMe-K4k%3D&tabid=39&mid=590