Escuela pública en Cidra (1938). PR Historic Building Drawing Society.
El 1898 representó un cambio radical para Puerto Rico como sociedad. Debido a que la Isla era una colonia hispana desde 1493, enfrentó un choque cultural con la llegada, inicialmente, de los militares y, posteriormente, de los civiles estadounidenses cuya idiosincrasia no solo era distinta, sino que había sido adversativa hacia España desde su guerra de independencia. La Guerra Hispanoamericana tuvo como resultado la transferencia de los territorios de Puerto Rico, Cuba y las Filipinas y Guam de manos de España a Estados Unidos. El nuevo régimen estadounidense de inmediato impulsó una agenda para transformar la colonia e intentar asimilarla cultural y económicamente.
El proceso de asimilación comenzó con la reforma del sistema educativo. De inmediato se derogaron las disposiciones que regían el sistema educativo bajo España y se dio paso a las nuevas directrices en las que se propulsó la enseñanza del inglés. Este proceso de transculturación enfrentó resistencia por parte de los puertorriqueños. La oposición de los habitantes del País no se hizo esperar, toda vez que la lengua es la raíz de la identidad y el lazo más fuerte que vincula y hermana a los pueblos que la comparten. La ambición del gobierno estadounidense de romper con cuatrocientos años de dominio lingüístico del español en Puerto Rico no iba a ser tarea sencilla. Los pueblos piensan, sienten y aman en su vernáculo y Puerto Rico –a pesar de ser una colonia– no fue ni ha sido una excepción.
La llamada “americanización”, como se le llamó al proceso de transformar y asimilar a Puerto Rico bajo el dominio de Estados Unidos, tuvo sus primeros pasos dentro de la reforma educativa con la puesta en vigor de la Ley Foraker de 1900, en la que se dispuso la creación del Departamento de Instrucción Pública. Este nuevo departamento estaría dirigido por un comisionado de Instrucción Pública que se encargaría de la implementación de la política pública del gobierno estadounidense en materia de educación y, a la vez, adelantaría el proceso de americanización de los habitantes.
Breve recuento: los comisionados de Instrucción y la política pública de la americanización
Martin G. Brumbaugh fue el primer comisionado de Educación designado por el presidente William McKinley en 1900. Brumbaugh, exgobernador de Pensilvania y expresidente de Juniata College, puso en vigor un plan para que se conservara el español como idioma de enseñanza y se fomentara la adquisición del inglés. Sin embargo, este plan no se pudo implementar efectivamente. La escasez de maestros que dominaran el inglés propició que el gobierno estadounidense creara los Institutos de Verano y la Escuela Normal de Fajardo (que sería la base para la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras) para preparar a maestros en la enseñanza en inglés, a la vez que reclutaba maestros estadounidenses que se establecieran en la Isla como educadores.
Bajo la administración del comisionado Roland P. Falkner, que abarcó el periodo de 1904 a 1907, se institucionalizó el inglés como idioma oficial de enseñanza en las escuelas públicas puertorriqueñas. Su sucesor, Edwin Grant Dexter, nombrado comisionado de Educación y presidente de la Universidad de Puerto Rico, ordenó que se postergara la enseñanza de la lectura en español hasta el tercer grado y se comenzara a enseñar inglés desde primer grado. Además, brindó especial énfasis al proceso de americanización en las áreas rurales, toda vez que la mayoría de la población del País vivía fuera de las zonas urbanas. En 1916, el comisionado Paul G. Miller promulgó que la enseñanza en los grados de primero a cuarto fuera en español. Sin embargo, a partir del quinto grado se enseñaría en inglés, exceptuando la clase de español. Este patrón de enseñanza continuó vigente hasta 1934. Ese mismo año, el comisionado puertorriqueño José Padín Rodríguez restableció la enseñanza del español como idioma principal en los grados primarios y del inglés como asignatura adicional por maestros especialistas en ese idioma. En el nivel superior se continuó enseñando exclusivamente en inglés. Esta política pública educativa continuó hasta cuando el entonces gobernador, Luis Muñoz Marín, nombró a Mariano Villaronga como comisionado. Asumió el cargo en 1949, poco tiempo después que Muñoz Marín fuera reconocido como el primer gobernador puertorriqueño, y electo por los puertorriqueños, en noviembre de 1948. El 6 de agosto de 1949 Villaronga designó el español como idioma de enseñanza de primero a duodécimo grado ̶ a través de la circular número 10 ̶ quedando el inglés como “asignatura especial y preferente”.

Escuela en Puerto Rico (1930). PR Historic Building Drawing Society
Movimientos de resistencia
La resistencia por parte de la población durante los primeros años de la de la política asimilista dirigida hacia la americanización fue moderada, según expresa María M. López Laguerre en “Trasfondo histórico de la educación en Puerto Rico” (1998). Sin embargo, al surgir la Asociación de Maestros, organización magisterial fundada en 1911, se trajo discusión pública el asunto del bilingüismo que preocupaba a los miembros de esa colectividad. Las diversas medidas que tomó el gobierno estadounidense en cuanto al idioma oficial de la enseñanza crearon malestar entre la clase magisterial, por lo que la militancia de la Asociación no se hizo esperar. Esta no solo manifestó su descontento en calidad de portavoz del magisterio, sino que hizo recomendaciones para atender la situación de la enseñanza del inglés. Algunas sugerencias de la Asociación de Maestros incluyeron que se enseñara en español el primer grado y que en grados posteriores algunas materias se enseñaran en español y otras en inglés.
En términos de legislación, se creó el puesto de supervisor general de español por entender que resultaba indispensable fomentar el dominio del vernáculo en el proceso de educación y aprendizaje. En 1913, se aprobó la Ley Núm. 35 en la Cámara de Delegados, a los efectos de que todas las clases se ofrecieran en español hasta el octavo grado. Sin embargo, la ley fue vetada por el Senado. De acuerdo con López Laguerre aunque la ley fue vetada, constituyó “…el despertar de la conciencia lingüística hacia la lengua materna”. En cuestiones políticas, se estaba relacionando la defensa del español con un sentimiento nacionalista y un movimiento antiamericano o separatista. Mientras que, por el contrario, a los que defendían la enseñanza del inglés y el proceso de americanización mediante la instrucción pública, se les estaba relacionando con el anexionismo. En 1916 se realizó un estudio lingüístico que comprobó que luego de ocho años de enseñanza en inglés los estudiantes no dominaban ninguna de las cuatro fases de aprendizaje del nuevo idioma.
En 1925 se comisionó a la Universidad de Columbia un estudio sobre los métodos educativos en el sistema público de enseñanza de Puerto Rico. El estudio reveló el pobre desempeño del estudiantado con relación al inglés y recomendó que se enseñara en español hasta el séptimo grado. Sin embargo, las recomendaciones del estudio no fueron acogidas por el Departamento de Instrucción Pública dirigido por Juan B. Huyke, quien defendía la política pública asimilista en el sistema educativo. Como resultado de esto, surgieron figuras tales como Juan J. Osuna y Epifanio Fernández quienes esgrimieron una férrea defensa del español como vehículo oficial de la educación pública.
Bajo la presidencia de Franklin Delano Roosevelt se hizo un nuevo llamado a la importancia de que los puertorriqueños dominasen el idioma inglés. El entonces comisionado de Instrucción, José M. Gallardo, intentó implantar la enseñanza de ambos idiomas desde el primer grado, lo cual enfrentó una gran resistencia por parte de la población en general.
Otros intentos para institucionalizar el español como idioma principal de enseñanza se llevaron a cabo en el escenario legislativo. Se destaca el caso del senador Rafael Arjona Siaca quien propuso, mediante el Proyecto 51, que el español se convirtiera en el idioma de enseñanza del sistema educativo. Esta iniciativa, sin embargo, fue vetada por el presidente Harry S. Truman.
El resultado de la imposición del inglés en el sistema educativo
La resistencia a la imposición del inglés como idioma de enseñanza en el sistema público frenó la política pública de la americanización en la Isla. El sociólogo Eduardo Seda Bonilla planteó en su ponencia “La educación y las elites en Puerto Rico” (1966), que la imposición del inglés resultó contraproducente ya que “…en vez de producir una sociedad bilingüe ha producido una sociedad “sublingüe en dos lenguas”. Los esfuerzos por reconocer que la imposición del inglés deterioraba el proceso de enseñanza redundaron en denuncias por parte de los sectores que argumentaban que la calidad del aprendizaje estaba en riesgo. Eventualmente, con el ascenso al poder de Luis Muñoz Marín y el nombramiento de Mariano Villaronga, el español recobró su sitial de idioma oficial y el inglés se comenzó a enseñar como segundo idioma desde el primer grado de la escuela elemental. La profesora Yolanda Izquierdo, exdirectora interina del Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, en entrevista con el periódico BBC Mundo en 2012, resume esta polémica —que persiste hasta el presente— al expresar que: “El español siempre ha sido como una especie de trinchera de resistencia a la imposición de una cultura que se ve como extranjera”.
Enfoques dados a la enseñanza del inglés en Puerto Rico

Escuela de Agricultura para niños (Aibonito, 1938). PR Historic Building Drawing Society
Juan J. Rodríguez González en “La enseñanza del contenido curricular en inglés” (1998), desglosa los enfoques educativos dados al inglés en el sistema de educación puertorriqueño a partir de 1960:
- Años sesenta – Fonético, de traducción y gramatical
- Años setenta – Fonético y audiolingual
- Años ochenta – Comunicativo, TPR (“Total Physical Response”) y el enfoque natural
- Años noventa – Comunicativo, TPR, LEA (“Language Experience Approach”) y el lenguaje integral (“Whole Language”)
Sin embargo, pese a la diversidad de acercamientos al fomento del bilingüismo en Puerto Rico y a que el inglés es uno de los idiomas oficiales, de acuerdo con el Censo de 2010, solo el 10% de la población es bilingüe. Evidentemente, la variedad de enfoques que se han aplicado en el sistema público de enseñanza no ha obtenido los resultados que apunten a un aumento sustancial de bilingüismo en el País
En conclusión, aunque durante la primera mitad del siglo XX se intentó imponer el inglés como idioma de enseñanza en el sistema de educación pública de Puerto Rico; e incluso, cuando la segunda mitad del siglo se caracterizó por el fomento del aprendizaje de esta lengua como segundo idioma, la población puertorriqueña no ha logrado el dominio del inglés ni se considera a la mayor parte de la población bilingüe.
Referencias
Negrón de Montilla, Aida. “La americanización en Puerto Rico y el sistema de instrucción pública, 1900-1930”, segunda edición. Río Piedras; Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1990.
López Laguerre, María M. “Trasfondo histórico de la educación en Puerto Rico”, Revista Educación, sin fecha, http://cai.sg.inter.edu/reveduc$/prdocs/V58A03.pdf. Consultado 4/3/2021.
Rodríguez González, Juan J. “La enseñanza del contenido curricular en inglés”, Revista Educación, 1998, http://cai.sg.inter.edu/reveduc$/prdocs/V58A09.pdf. Consultado 4/3/2021.
Seda Bonilla, Eduardo. La educación y las élites en Puerto Rico. Ponencia presentada
en el Seminario Internacional sobre la Formación de Elites en la América Latina, celebrada en junio de 1965 en Montevideo, bajo los auspicios de la Universidad
de Montevideo, el Instituto de Estudios Internacionales de Berkeley y del Congreso de la Libertad de la Cultura. https://studylib.es/doc/7923427/la-educacion-y-las-elites-en-puerto-rico. Consultado 4/3/2021.
Torres González, Roamé. “Idioma, bilingüismo y nacionalidad: la presencia del inglés en Puerto Rico”. San Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 2002.
Autora: Elga del Valle
Revisado: Lizette Cabrera Salcedo, 4/3/2021