La talla de santos es una de las principales manifestaciones del arte popular en Puerto Rico. Estos santos tallados en madera policromada representan diversas advocaciones del santoral católico. Para cada uno de estos personajes existen múltiples variantes iconográficas, es decir, los símbolos relacionados con cada santo en particular son diversos. Estas variantes iconográficas evidencian preferencia de algunos santos sobre otros.
Muchas de las devociones arraigadas responden a los santos devotos de las órdenes de los Franciscanos, Dominicos, Jerónimos, Carmelitas y otros que sucesivamente se establecieron en la Isla. Aparentemente hay una correlación entre los santos que se han representado frecuentemente en nuestra imaginería popular y las advocaciones de los santos patronos de los pueblos de nuestra Isla; los que fueron surgiendo con la fundación de las iglesias o las diócesis. Los santos representados también provenían de la devoción de miembros de las comunidades de españoles y extranjeros que se establecieron en Puerto Rico.
Las variantes populares revelan, en muchos casos, el uso de modelos tradicionales a los que se les ha añadido un gran sentido de expresividad. Por ejemplo el tema de la Santísima Trinidad se ha representado de diversas maneras, una de ellas representa los personajes del Padre, Hijo y Espíritu Santo como tres figuras masculinas de pie, semejantes la una a la otra. En otras, el Padre y el Hijo son dos hombres que sólo se diferencian por la presencia o ausencia de la barba, o por el color de ésta, asignándole el blanco a la figura del Padre, el Espíritu Santo establece una composición triangular cuando, representado en forma de paloma, aparece situado sobre una columna, un alambre o una Cruz interpuesta entre ambas figuras.
Otras variantes iconográficas aluden al tema de Jesús, la segunda persona de la Santísima Trinidad, como adulto en crucifijos, como el Cristo de la Pasión, de la Piedad y la Mano Poderosa, o como niño, en nacimientos, en la Sagrada Familia y Niños Jesús Infantes. La Mano poderosa es una vertiente interesante que parece haberse originado al margen de la Iglesia y la que también recibió culto en otros lugares de América Latina como México, Colombia y la República Dominicana. En Puerto Rico, el tema puede presentar diversas variantes, pero comúnmente se representa como la mano derecha de Cristo abierta, mostrando de modo evidente la huella del estigma, montada perpendicularmente sobre una base. A cada dedo le sobreponen las imágenes del Niño Jesús, la Virgen María, San José, Joaquín y Santa Ana.
Por otra parte, la iconografía mariana se manifestó en el culto a diversas advocaciones de la Virgen. Iconográficamente, el tema de la Virgen puede subdividirse en tres tipos: vírgenes entronizadas como lo es el tema de la Virgen de la Monserrate y la Virgen de Hormigueros; Vírgenes de pie con el Niño como la Virgen del Carmen, la Virgen del Perpetuo Socorro, la Virgen de la Candelaria y la Virgen del Pilar. La Virgen de los Dolores, la Milagrosa y la Inmaculada Concepción, las clasificamos con las Vírgenes de pie sin Niño.

Virgen de la Monserrate
La advocación de la Virgen de Hormigueros responde iconográficamente a un culto netamente local que se origina con carácter de ex voto. Esta se representa con una típica Virgen de la Monserrate sentada sobre un trono frente a una gruta en una montaña, a la que se le incluyen dos figuras que aluden al recuento milagroso acontecido sobre la cima de un monte donde hoy se encuentra la ermita de la Monserrate en el pueblo de Hormigueros. La imagen incluye las figuras del canastero y del toro, personajes protagónicos del milagro.
La Virgen de los Reyes es otra representación iconográfica local que consiste de un grupo escultórico de una Virgen del Carmen con los Reyes Magos. Los Reyes Magos suelen representarse de una de dos formas; los rostros tallados al relieve sobre la parte inferior del hábito de la Virgen o como tres imágenes independientes, tallados en bulto redondo, sobre la base misma de la Virgen. Se cree que esta representación iconográfica responde a un mal entendido por parte de nuestro artífices, de la Virgen de los Reyes de España, Patrona de Sevilla; y que dado al desconocimiento de este detalle y del culto que en Puerto Rico se le ha profesado a los reyes pasó a crearse uno advocación donde se combinan la devoción a la Virgen y a los reyes en una misma imagen.
Las Tres Marías han recibido culto independiente en nuestra Isla, se les representa comúnmente como a tres figuras femeninas idénticas colocadas horizontalmente sobre una base común. El devoto puertorriqueño ha relacionado, el tema de las Tres Marías con el de los Reyes Magos. Esta relación resulta totalmente anacrónica desde el punto de vista histórico y religioso. Las Tres Marías son: María Magdalena, María la de Cleofás, y la Virgen María, son ellas las que visitaron la tumba de Cristo la mañana del domingo de Resurrección, resultando por ende en un tema propio de la Muerte y Pasión de Cristo y no con la celebración de la Navidad.
En la tradición europea, la advocación de las Tres Marías se asocia con Lázaro y su hermana María. Dice una leyenda que cuando las Tres Marías fueron expulsadas de Palestina, viajaron junto a Lázaro, Marta y otras personas a Marsella, de donde procedieron a evangelizar la Provenza. Esta historia no ha sido históricamente fundamentada, pero comenzó en el siglo II en conexión con los supuestos restos que se encontraron de María Magdalena en Vezelay, Borgoña. Advocación que entendemos disfruta todavía de gran devoción en Provenza y otros lugares. Le siguen en orden jerárquico, los ángeles, dentro de los que clasificamos a los arcángeles; San Miguel y Rafael. Los últimos en la jerarquía son propiamente los santos y quienes en la iconografía popular religiosa presentan las más ricas y variadas versiones. Algunas advocaciones de los santos gozaron de mucha popularidad en toda América.
La advocación del ánima Sola es uno particularmente interesante. Desconocemos la extensión de su culto en América Latina, pero dentro del estudio de nuestra imaginería popular, esta imagen resulta enteramente atractiva cuanto enigmática. Se trata de la personificación de las almas del Purgatorio en la imagen de una mujer desnuda de cabellos largos, envuelta en llamas y en posición orante. Lleva el pecho al descubierto y las llamas, talladas al relieve, parecen formar una falda.
El purgatorio es un concepto básico de la doctrina católica. Es un estado de purificación para que las almas que fallecieron sin el sacramento de la confesión que han podido morir en estado de pecado venial. El alma alcanza entonces el grado de purificación en el calor del fuego presente en el Purgatorio, de este modo alcanzará, el tiempo de duración dependerá de los rezos y las misas que celebran en su nombre sus amigos y familiares.
Resulta curioso, pues, que pese a la condición de pecadora, ésta haya podido ser considerada como intercesora de los fieles devotos. El origen iconográfico es fácil de trazar, pero no así su culto el que consideramos un tanto oscuro y el debe ser evaluado con el futuro.
En Puerto Rico, algunas de las advocaciones más comunes son San Antonio de Padua, Santa Bárbara , San Francisco, San José, San Ramón Nonato, San Roque, Santiago Apóstol, San Isidro Labrador, San Judas Tadeo, las once mil vírgenes y los Reyes Magos entre tantos otros protectores celestiales que durante siglos han sido los santos patronos de Puerto Rico.
Adaptado y actualizado por Grupo Editorial EPR
Fuente original: Colón Camacho, Doreen. “Imaginería popular religiosa”, 1995. Artesanía Puertorriqueña, Centro de Estudios Humanísticos, Museo de la Universidad del Turabo.
Publicado: 9 de septiembre de 2014.