Sede principal del Instituto de Cultura Puertorriqueña, antiguo Asilo de Beneficencia en la época española. https://www.flickr.com/photos/telegdys/16133512485
Fines similares motivaron desde 1876 la fundación del Ateneo Puertorriqueño y hasta el presente continúan encaminando su funcionamiento, pero el ICP fue la primera entidad creada y sostenida económicamente bajo el marco de la constitución del Estado Libre Asociado en Puerto Rico. Por esa razón la legislación fue duramente criticada atribuyéndosele propósitos de “dirigismo cultural” e intento de homogeneizar las prácticas culturales puertorriqueñas, ajustándolas ideológicamente al proyecto histórico liderado por el partido de Gobierno (Cruz Santos, 2014,134,138).
En palabras del doctor Ricardo Alegría, primer director de la institución, desde 1955 hasta 1973, “se precisaba luchar contra un condicionamiento psicológico, fuertemente arraigado en nuestra sociedad colonial, que inducía a muchos puertorriqueños a despreciar sistemáticamente todo lo que fuera o pareciera ser autóctono, y a valorizar, fuera de toda proporción, lo que fuera o pareciera ser exótico”.

Primera Junta de Directores del ICP con el gobernador Luis Muñoz Marín. De izquierda a derecha: José Buitrago, Arturo Morales Carrión, Enrique Laguerre, Teodoro Vidal, Eugenio Fernández Méndez, Luis Muñoz Marín, Salvador Tió, José Trias Monge. Foto Instituto de Cultura Puertorriqueña, Archivo General de Puerto Rico.
De acuerdo con Alegría, “el proyecto provocó uno de los más interesantes debates habidos en su seno, siendo finalmente aprobado con el voto en contra de todos los representantes de los partidos de minoría. En la prensa del país halló amplio eco la polémica suscitada por la nueva institución, que, en palabras de algunos de sus opositores, reflejaba un espíritu provinciano, chauvinista, estrechamente nacionalista. Con la creación del Instituto argumentaban dichas personas que se otorgaba excesiva importancia a nuestro insignificante patrimonio cultural autóctono, en perjuicio del amplio y rico legado de la civilización grecolatina, traída a Puerto Rico, en su versión hispánica, por la Madre Patria, y enriquecida posteriormente con las aportaciones de la cultura norteamericana. Se creó así una artificial confrontación entre puertorriqueñismo y occidentalismo, llegando algunos de los representantes de la última tendencia a negar la existencia de una cultura específicamente puertorriqueña”.
Uno de los sectores opuestos a la creación del ICP provino de los seguidores de la estadidad para el País, que desde la invasión de Estados Unidos a Puerto Rico en 1898, estimuló la norteamericanización cultural como etapa preparatoria de su anexión a la unión americana. En 1955 el Partido Estadista Republicano era la organización principal que promovía esa ideología. Por otro lado, el Partido Independentista Puertorriqueño cuestionó “la tendencia hegemonizadora del Partido Popular que abarcaba en su proyecto político todos los rincones de la sociedad…”. “El sector independentista preveía la intervención indebida del Estado en asuntos individuales de los ciudadanos; mientras que los estadistas rechazaban la definición de identidad cultural mediatizada por los conceptos ideológicos de un partido” (Cruz Santos, 2014,135-137).
Desde la etapa fundacional del ICP, el antropólogo y arqueólogo Alegría fue la voz principal en la conceptualización del significado de “cultura puertorriqueña”. Promovió “la cultura nacional como el producto de la integración que en el curso de cuatro siglos y medio había tenido lugar en Puerto Rico, entre las respectivas culturas de los indios taínos que poblaban la Isla para la época del Descubrimiento, de los españoles que la conquistaron y colonizaron, y de los negros africanos que, ya desde las primeras décadas del siglo XVI, comenzaron a incorporarse a nuestra población”.
Por otro lado, Alegría afirmaba que “el concepto de cultura nacional abarca desde las más populares y sencillas expresiones folklóricas hasta sus más depuradas y sofisticadas manifestaciones cultas”. La actividad del ICP siempre se ha promovido a nivel de toda la Isla, independientemente de que sus oficinas principales radican en la capital. Desde su fundación el trabajo de rescate de obras artísticas y religiosas como los santos de palo, por ejemplo, u otras manifestaciones se llevó a cabo en los más diversos rincones del País.
Don Ricardo Alegría insistió desde los comienzos del ICP en su autonomía respecto de todo criterio o intervención político-partidista. Sin embargo, como está visto, desde su etapa de proyecto de ley, la misión de investigación, rescate y divulgación de lo autóctono desde el punto de vista de su valor como parte de la identidad nacional, fue y será un derrotero de lucha no solamente del Partido Popular Democrático, bajo el que oficialmente se fundó el ICP, sino incluso dentro de otras fuerzas nacionalistas e independentistas, e incluso estadistas. Resulta interesante recordar que en la concepción de la cultura e historia puertorriqueñas, tanto antes de fundarse el PPD en 1938 como posteriormente, los independentistas y nacionalistas han acompañado o combatido la política pública autonomista.
ICP en funciones
El alcance del rescate y conservación del ICP ha incluido actividades en torno a las Artes (plásticas, musicales, teatrales, bailables, artesanales, arquitectónicas, cinematográficas), la Historia (con su programa de conmemoraciones y el acopio de fuentes primarias en el Archivo General de Puerto Rico); y en el ámbito de la divulgación resultan fundamentales su departamento editorial y en décadas pasadas su cadena de museos y centros culturales en distintos puntos geográficos del País. Mención aparte merece la dinámica e intensa labor de rescate de la zona histórica de San Juan, que en la década de 1950 mostraba un alto grado de deterioro, ante lo cual grandes intereses extranjeros pretendían convertir el antiguo San Juan en un “Nueva York chiquito”. No obstante, la Dirección del ICP dio impulso a un plan de reglamentación y restauración del patrimonio histórico edificado, que luego dependería de la intervención de los propietarios individuales y la empresa privada. “Los propietarios de estructuras que siguiesen las reglas de restauración no estarían obligados a pagar impuestos sobre la propiedad por diez años. […] Esa visión convirtió al Viejo San Juan por mucho tiempo en un modelo [de conservación] para muchos países de Latinoamérica”, así lo explica Pablo Planet Arrocha en la tesis doctoral La revitalización urbana del viejo San Juan de Puerto Rico.
El doctor Alegría en 1978, cuando reflexionó sobre los primeros 18 años del ICP, dijo: “Al hablar de la cultura que, como nación, posee Puerto Rico, debemos tener presentes valores más profundos y trascendentales. A pesar de la herencia milenaria que nos viene de los taínos, del África, y sobre todo, de la España inmortal, la cultura puertorriqueña es una cultura joven. Su vitalidad, sin embargo, es grande y se manifiesta en todos los órdenes de la actividad creadora. De ella dan fe las presentes realizaciones de nuestra literatura, nuestro teatro, nuestra música, nuestras artes plásticas, nuestro afanoso laboreo en la investigación histórica, antropológica y folklórica.” No obstante, como el mismo Alegría aclaraba, la “cultura es mucho más todavía, que todas estas cosas. De la misma manera que la cultura de un pueblo no está constituida solamente por su riqueza folklórica, tampoco lo está por sus realizaciones intelectuales y artísticas. Cultura es, sobre todo, concepto y manera de vida; es estado espiritual que define la fisonomía de una gente, de una nacionalidad”.
Independientemente de los debates y los cuestionamientos sobre los alcances del concepto de cultura, las aportaciones del Instituto de Cultura Puertorriqueña luego de sus décadas de existencia, son múltiples. En el siglo XXI trata se mantener su misión y objetivos vivos a pesar de los continuos recortes presupuestarios que le afectan.
Referencias:
Alegría, Ricardo. “El Instituto de Cultura Puertorriqueña 1955-1973: 18 años contribuyendo a fortalecer nuestra conciencia nacional”. San Juan, P.R.: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1978.
Cruz Santos, Martín. “Afirmando la nación… Políticas culturales en Puerto Rico (1949-1968)”. San Juan: Ediciones Callejón, 2014.
Lara Frontera, Lillian, coordinadora. “La ciudad en el tiempo: cinco siglos de representaciones artísticas de San Juan”. San Juan: Oficina Estatal de Conservación Histórica de Puerto Rico, 2020.
Instituto de Cultura Puertorriqueña. Portal oficial. “Historia”. https://www.icp.pr.gov/historia/. Consultado 26 de mayo de 2021.
Planel Arrocha, Pablo. “La revitalización urbana del viejo San Juan de Puerto Rico. Universidad de Sevilla, 2000. https://www.infouniversidad.es/tesis-doctorales/historia/la-revitalizacion-urbana-del-viejo-san-juan-de-puerto-rico/.Consultado 26 de mayo de 2021.
Autora: Dra. Lizette Cabrera Salcedo, 28 de mayo de 2021