En la cultura puertorriqueña existen muchas costumbres, vocabulario, objetos y expresiones de la vida cotidiana cuyo origen se vincula a la cultura taína. Es evidente que los taínos y sus antecesores, que vivían en Boriquen (actual Puerto Rico) desde mucho antes de la intervención española en 1493, y que coexistieron con la conquista y civilización española desde 1508, legaron múltiples elementos adoptados tanto por españoles como por africanos esclavizados que han sobrevivido el paso del tiempo, a pesar de la desaparición física del pueblo indígena.
La sociedad taína comenzó a desintegrarse tan pronto llegaron los españoles al Nuevo Mundo. Las enfermedades, el trato cruel que sufrieron en las minas de oro, las bajas producidas en confrontaciones con españoles y la emigración a islas vecinas, contribuyeron con la disminución de la población nativa. Paralelo a eso se manifestaba el mestizaje entre indios, españoles y africanos. El censo de 1802 es el último que registra datos con una columna separada para indios, seguramente mezclados. Registra 2,300, desglosados en 200 hombres, 800 mujeres, 700 hijos y 600 hijas. Sin embargo, su herencia sobrevive en el espíritu de muchos habitantes de Puerto Rico y sus elementos culturales.
Durante el primer siglo de conquista y colonización, el español utilizó y adoptó una serie de conocimientos, hábitos y técnicas propios del indígena antillano. Desde el primer viaje, Colón admiró las destrezas y conocimientos de navegación del indígena, incluso tomando a siete de ellos como guías. El propio Colón escribió en su “Diario” que los indígenas antillanos eran de muy sutil ingenio. En consecuencia, los nautas antillanos fueron decisivos en los primeros años del descubrimiento europeo y la exploración.
La primera palabra americana incorporada al castellano fue “canoa”, una embarcación indígena de remos, muy estrecha, que se convirtió también en medio de transporte para los conquistadores. Este tipo de embarcación se continúa utilizando en la actualidad -con diversos propósitos- mayormente en ríos y lagunas.
El colonizador español también aprendió las técnicas de pesca del taíno. Algunas de estas destrezas perduran hasta el presente, como el sistema de corrales en la desembocadura de los ríos; el envenenamiento de ríos o lagunas con una planta llamada “baiguá”; el zambullirse para sacar caracoles como el lambí (llamado también carrucho) o el burgao; el uso de redes o tarrayas; y las nasas colocadas como trampas en el mar.
Las técnicas agrícolas del taíno fueron utilizadas y adoptadas rápidamente por los colonos españoles, y han pasado, a través de los años, hasta los campesinos de hoy; el sistema de roza y quema (eliminar la parte aérea de la vegetación penetrando apenas la tierra) o el hecho de talar árboles y malezas para luego quemarlos y despejar terrenos, fue traído por los indígenas antillanos de Suramérica. El conuco era una porción de tierra ubicada cerca de las viviendas que el taíno utilizaba para el cultivo; esta práctica perdura aún. Otra técnica utilizada hasta finales del siglo XVI fue la del cultivo por montones, es decir, la siembra sobre montículos de tierra; este sistema fue tan común que los españoles lo establecieron como medida de superficie terrestre. De los instrumentos agrícolas taínos solo subsiste la coa, unos palos tostados que se utilizan como azadas; con ellos se abría la tierra para sembrar granos, plantas o tubérculos.
De los productos agrícolas, el pan casabe (de yuca) fue la mayor aportación taína. El pan de yuca sustituyó al pan de trigo. El colonizador se acostumbró a él, al no poderse cultivar el trigo en el clima tropical. Por ser un producto no perecedero, era el alimento básico en los barcos que partían de las Antillas.
El europeo también consumió otros productos autóctonos que aún son parte integral de la dieta del puertorriqueño, como la batata, la yautía, el maní, el mapuey, el algodón, el lerén, el ají, el achiote y el maíz. Otra planta que se difundió ampliamente por Europa fue el tabaco. Ante la gran demanda que hubo por esta hoja, fue uno de los principales productos agrícolas puertorriqueños hasta la primera mitad del siglo XX.
Algunos de los objetos cotidianos de los taínos fueron incorporados por los españoles en su diario vivir, como la hamaca, red que colgada por los extremos sirve de cama. Los navegantes españoles reconocieron su utilidad y la comenzaron a utilizar en sus embarcaciones. La hamaca es hoy un objeto muy popular en la cultura puertorriqueña e internacional. Los colonizadores también adoptaron los métodos taínos de fabricación de cerámica, utensilios de madera y cestería. Así, por ejemplo, de los frutos del higüero (árbol de fruto grande y duro) pueden crearse ditas o vasijas destinadas a usos variados. Con las higüeras (frutos del higüero) también se fabrican maracas, un popular instrumento musical de percusión que consiste en un mango y un cuerpo esférico hueco, con pequeñas piedras o semillas en su interior. Originalmente los indígenas utilizaban las maracas en sus danzas rituales pero, en la actualidad, se considera un instrumento típico de la música popular del País.
Las viviendas de los taínos, conocidas como bohíos, eran casas en forma circular o cuadrada, con hojas de palma para el techo y las paredes. Muy práctica para el clima antillano, los españoles adoptaron también este diseño. La técnica de construcción de los bohíos, con pequeñas alteraciones, fue la norma hasta principios del siglo XX.
Las manifestaciones artísticas del indígena antillano apenas han trascendido a la cultura puertorriqueña. De la importancia que tenía para el taíno el areito (ceremonia donde mezclaban el canto y el baile para celebrar un evento y trasmitir oralmente sus tradiciones), así como el uso de instrumentos musicales diversos, solo persisten las descripciones que nos ofrecen los cronistas. Sin embargo, el llamado “estilo taíno” (representado en vasijas, duhos o asientos ceremoniales, en cemíes o deidades talladas, en collares o aros de piedra, y en petroglifos) ha sido motivo de inspiración para una gran cantidad de artistas y artesanos. En la literatura puertorriqueña existen algunos personajes elaborados con perfil taíno, tales como Loarina, Guarionex, Bayoán, Marién, Guanina, Agüeybana el Bravo, Anaiboa, quienes, junto a la poesía indigenista del siglo XIX, han sido manifestación del tema nacional americano y antillano.
La influencia de lo indígena en la medicina popular y en las tradiciones puertorriqueñas se diluyó por el predominio español y africano antes de cerrarse el siglo XVI. En cuanto a la genética, las características raciales indígenas casi han desaparecido por completo, confundiéndose comúnmente con rasgos de apariencia física que evocan al indígena. No obstante, investigaciones realizadas en la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez con el ADN mitocondrial, sugieren que la herencia taína está más generalizada y presente en los puertorriqueños contemporáneos que lo que había sido reconocido en el pasado.
En el idioma español encontramos el máximo legado indígena. El castellano se enriqueció con el aporte de voces antillanas de origen arahuaco y caribe. Al españolse ha trasplantado una gran cantidad de palabras indígenas referentes a la toponimia y antroponimia, la fauna y la flora, la vida material y espiritual, la convivencia social. A nivel de las Antillas hispánicas, el léxico indígena sobrevive con más de 500 voces. En Puerto Rico, en particular, habría que sumar además cerca de 200 nombres de ríos, montañas, sierras, bahías, pueblos y caciques.
Para más información:
Hernández Aquino. “Diccionario de voces indígenas de Puerto Rico”. Río Piedras: Editorial Cultural, 1977.
Moscoso, Francisco y Lizette Cabrera. “Historia de Puerto Rico”. San Juan: Ediciones Santillana, 2009.
Moscoso, Francisco. “Sociedad y economía de los taínos”. Río Piedras: Editorial Edil, 1999.
Santori, Margarita, “Tras la huella de la herencia taína”. Investigación del doctor Juan Carlos Martínez Cruzado desde 1994. https://www.uprm.edu/news/articles/as2008009.html, consultado 5/10/2020.
Publicado: 12 de septiembre de 2014.
Revisión: Dra. Lizette Cabrera Salcedo, 31 de octubre de 2020