Las fiestas patronales son festividades que se llevan a cabo una vez al año en cada uno de los municipios en honor al santo patrón del pueblo. Tienen su origen en la fundación de los municipios, lo cual, según la tradición católica, se hacía bajo la advocación de un santo titular. En la actualidad, aún mantienen este carácter religioso, pero han incorporado, a su vez, características seculares y folclóricas tales como desfiles, juegos de azar, comida tradicional, machinas o atracciones de feria y música.
La mayor parte de los primeros pueblos de Puerto Rico se fundaron siguiendo las disposiciones de las Leyes de Indias u Ordenanzas de 1573, en las que se especificaban las características que debía poseer el lugar donde podía establecerse un poblado, así como la distribución del espacio y elementos que debían fundarse en él. La Iglesia era fundamental para el establecimiento de un poblado. Por lo general, era uno de los primeros edificios que se construían. En ocasiones, la fundación de un pueblo se hacía alrededor de una ermita o capilla existente en un hato o ingenio, a la cual acudían los vecinos de las áreas limítrofes, los cuales ya constituían una comunidad. En cualquiera de los dos casos, se adjudicaba un santo titular.
En la Iglesia Católica –así como en la Ortodoxa– la veneración de los santos es una práctica común que se autorizó a partir del Concilio de Nicea (787 d.C.). Los santos son considerados intercesores y protectores de los seres humanos y, por extensión, de sus comunidades. El patrón es el protector escogido por un pueblo o una congregación, ya sea un santo o las advocaciones o denominaciones complementarias que se aplican a la Virgen y a Jesucristo, las cuales se refieren a determinado misterio, virtud, atributo, así como a momentos de sus vidas o lugares vinculados a éstos. Es decir, en Puerto Rico, al igual que en otros países mayoritariamente católicos, el nombre del santo patrón formaba parte del nombre del pueblo, por ejemplo, San Blas de Illesca de Coamo y Santiago Apóstol de Fajardo.
Las festividades del santo patrón se celebran en la iglesia católica el día asignado por el santoral o lista de santos; éstas daban comienzo en la víspera del día del santo y se extendían por espacio de nueve días. Por lo tanto, originalmente las fiestas tenían una duración de diez días.
Las festividades constaban de una faceta religiosa y otra secular. En cuanto a lo religioso, se celebraban misas para honrar al patrón durante los diez días de las festividades. Si la patrona era la Virgen María, también se hacían rosarios. Era la costumbre llevar a cabo procesiones en las que se cargaba la imagen del patrón del pueblo. Estas costumbres y ritos aún se conservan en muchos pueblos de la Isla.
En cuanto al aspecto secular, durante las fiestas patronales se llevaban a cabo actividades de diversión como corridas de toro, juegos de caña, batallas entre ‘moros y cristianos’, comedias y conciertos de música, las cuales, con el paso de los años, se convertirían en tradición. A partir del siglo XIX, se popularizaron las actividades ecuestres; se llevaban a cabo competencias, carreras y desfiles de los mejores ejemplares.
Todavía en muchos pueblos la iglesia católica junto a los gobiernos municipales celebran las fiestas patronales. Generalmente, se llevan a cabo en la plaza pública del pueblo, donde se pueden encontrar machinas o atracciones de feria, concesionarios de comida típica puertorriqueña y picas o juego de azar. Las fiestas son amenizadas por artistas locales e internacionales.
Algunas actividades son exclusivas de un pueblo particular, según el santo o la tradición, como por ejemplo la celebración del Medio Maratón de San Blas – que se celebra desde 1963- durante las fiestas patronales del pueblo de Coamo. Algunas presentan aspectos carnavalescos, como desfiles en los que participan reinas de belleza, enmascarados, fuegos artificiales y otros personajes pueblerinos.
En los últimos años, muchos municipios han reducido los días de fiesta, por lo general, a cuatro días. Las fiestas patronales continúan siendo parte de la tradición y el folclor de cada uno de los pueblos puertorriqueños.
Referencias:
Grau, Eloísa. “Santos patrones: cultura y tradición”. San Juan, Puerto Rico: Museo de las Américas, Cuartel de Ballajá, 2000.
Hostos, Adolfo de. “Historia de San Juan, ciudad murada: ensayo cerca del proceso de civilización de la ciudad española de San Juan Bautista de Puerto Rico, 1521-1898”. San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1983.
López Cantos, Ángel. “Fiestas y juegos en Puerto Rico (siglo XVIII)”. San Juan, Puerto Rico: Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, 1990.
Publicado: 9 de septiembre de 2014
Revisado: Lizette Cabrera Salcedo, 13/11/2020