Religioso, escritor, y educador español. Formó parte de distintas iglesias y misiones protestantes que surgieron en Puerto Rico después de la llegada de los estadounidenses a la Isla. De creencias católicas originalmente, su conversión al protestantismo lo llevó a desempeñar una labor religiosa y crítica importante, ante la nueva realidad política de Puerto Rico, a partir del 1898. Fue un religioso dedicado también a las letras y a la educación. Su quehacer como escritor abarcó los géneros de la poesía, el ensayo y las crónicas, además de temas religiosos relacionados a las distintas iglesias a las que perteneció. Sus críticas al sectarismo evangélico, así como a las políticas de americanización que prevalecieron en las misiones protestantes de la época, definieron su actividad.
De Mier nace en el 1865 en España, donde se educa e ingresa a la orden de los frailes capuchinos. Su labor religiosa inicial la desempeñó en la Península y en varios países latinoamericanos y del Caribe. Más adelante, sus críticas a la Iglesia y a la monarquía española, las que publica en el libro sobre la historia de El santuario de la Victoria de Lepanto (1897), le valieron la censura y excomunión de la iglesia católica. A raíz de estos acontecimientos se traslada a Santander, donde trabaja en tareas de biología marina, hasta que más tarde viaja al Caribe. Es en este lugar en el que se integra a las misiones de la religión protestante. En el 1899 llega a Puerto Rico y se establece en el municipio de Peñuelas.
A su llegada al municipio, trabaja como misionero evangélico y como maestro en el Primer Colegio Americano, instituido por la misión de la que formaba parte. En el 1903 se adscribe a la denominación Bautista, en la que participa como pastor y para la que redacta la Constitución y Reglamento de la Asociación Bautista de Puerto Rico, en ese mismo año. En la Iglesia Bautista, De Mier ocupa después el puesto de “Evangelista General”.
Como líder protestante, De Mier se caracterizó por oponerse al sectarismo y fanatismo religioso, tanto como por sus críticas a la labor misionera protestante que se definía como portaestandarte de la política federal de americanización de la Isla. Durante la celebración de la Asamblea de la Federación Iglesias que se llevó a cabo en 1908, se opuso tenazmente a una moción que proponía que un pastor que fuera despedido de una denominación no podría ser empleado por otra durante el término de un año. La moción estaba dirigida particularmente en contra de los pastores puertorriqueños Angel Villamil Ortiz y Juan Ortiz León de Alianza Cristiana y Misionera y el metodista Rafael Landrón y Landrón, quienes habían cuestionado las prácticas de los misioneros estadounidenses.
La oposición de De Mier se fundamentaba en la idea de que la Asamblea se había organizado para aproximar las diferentes denominaciones, por lo que la moción en discusión creaba un abismo entre estadounidenses y puertorriqueños. Como consecuencia de la posición de De Mier y de gran parte de los creyentes nativos, la proposición fue retirada.
En 1911, De Mier regresa temporalmente a España. Publica en Madrid el libro Los trapenses: apuntes históricos de la Trapa, la única historia de los monjes de esa orden que se había escrito en español. Al año siguiente, preside el Congreso Masónico de Madrid. Para la misma época, contempla la idea de regresar a la iglesia católica luego de que el Papa Pío X lo exonerara sin penitencias de sus faltas pasadas a dicha institución. No obstante, regresa a Puerto Rico donde se mantiene activo en el protestantismo.
Dedicado a la actividad religiosa en la Isla, De Mier participa en 1916 del Congreso Regional de San Juan, adscrito éste al Congreso de la Obra Cristiana en América Latina, celebrado en Panamá ese mismo año. En esa ocasión es elegido vocal de la Comisión de Literatura de la Federación de Iglesias y Evangelista General de la Unión Evangélica de Puerto Rico. Siendo este último organismo el que reemplazaría a la Federación. Simultáneamente se convierte en miembro constituyente de la Iglesia Evangélica Puertorriqueña, creada por los puertorriqueños Rafael Landrón y Angel Villamil Ortiz, luego de que los misioneros estadounidenses intentaran excluir a los pastores puertorriqueños del Congreso Regional de San Juan. Esta recién creada Iglesia desaparece en el 1917, una vez la Asamblea Anual de la Unión Evangélica se niega a incluir la misma en dicha organización. A partir de ese momento, De Mier se dedicó mayormente a la producción literaria.
En el transcurso de su trayectoria religiosa en la Isla, De Mier se involucra en el trabajo misionero, educativo y literario. Se convierte en miembro de la Iglesia Bautista y luego, en uno de los constituyentes de la Iglesia Evangélica Puertorriqueña. Siendo esta última la primera denominación evangélica netamente puertorriqueña. Participa a su vez, en los procesos de formación de las asambleas y federaciones de las iglesias protestantes de las primeras décadas del siglo XX.
Dentro de su gestión literaria la obra escrita de Elpidio de Mier es diversa. En 1893, prepara un vocabulario y una gramática de los indios goajiros colombianos, como parte de un viaje misionero católico a Colombia. A su llegada a Puerto Rico en el 1899, funda los semanarios de ciencias, artes y noticias La Crítica Moderna (1899) y El Siglo XX (1901) en Ponce. Sus artículos también fueron publicados en periódicos tales y como: La Correspondencia de Puerto Rico, La Democracia, Heraldo Español, Puerto Rico Ilustrado, El Liberal, El Sol, este último de España, La Rábida y La Montaña de Cuba. Escribió también, para Puerto Rico Evangélico, el órgano oficial de la Federación de Iglesias Evangélicas. Otras publicaciones que ayudó a establecer o con las que colaboró fueron, Fraternidad (1914) y Vida Moderna (1917). Esta última de corta duración debido a su política antiamericana.
Otros libros de su autoría enfatizan sus variados intereses, principalmente los religiosos. Entre estos figuran: Los bienes de la Iglesia de Roma ante el Derecho escrito (1904), Rasgos biográficos de Jesús Monasterio (Compositor y célebre músico) (1904), Biólogo eminente: Augusto González de Linares. Biografía (1905), Pensando en España (1907), Cristianismo (Apología) (1910), La Biblia en Español (Apología crítica) (1916), Rompiendo el molde (Episodios de una vida) (1923), Los enemigos del alma (Crítica) (1926), Catolicismo y protestantismo (1927), Siluetas históricas (Viajes y descripciones) (1928) y Espiritualidad hispana en Puerto Rico (1935). También, produjo folletos informativos, tales como ¿Usted es protestante? (Argumentación católica) (1908) y ¿La madre de Jesús, Inmaculada o no? (1910).
Cultivó, además, la poesía postromántica en la que, de forma verbosa y colorista, aborda temas religiosos, políticos y sociales. Tras sus poemas iniciales de alusión católica La Porciúncula y ¿Quién es San Francisco de Asís? (1893), publicó El bardo cántabro (1898), un himno a su patria. En el 1911, también publica un libro de sátiras en verso, Plato del día. Mucha de su lírica se publicó en la prensa o fue insertada en otros de sus libros. En el año 1929, publica sus dos novelas, Sola y única y Ederra. Parte de su obra está recogida en 3 tomos titulados, Lírica de las Españas (1927), Poesías escogidas (1931) y España (1936).
Falleció en Ponce en 1939.
Referencias:
Silva Gotay, Samuel. Protestantismo y política en Puerto Rico, 1898-1930: hacia una historia del protestantismo evangélico en Puerto Rico. San Juan, P. R.: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1998. Impreso.
Rivera de álvarez, Josefina. Diccionario de literatura puertorriqueña. 2ª ed. San Juan, P. R.: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1970. Impreso.
McGrath, Lester. “Elpidio de Mier: protestante y puertorriqueño”. Presencia 1 (1998): 14-16. Impreso.
Oliver Marqués, Jaime. “El catolicismo y protestantismo a partir de 1898”. Milenio 2 (1998): 30-83. En línea. Nov. 2009.

1865
España
1939
Ponce
Publicado: 16 de septiembre de 2014.