Los indígenas del Caribe llamaban guanín a una aleación de metal compuesta de oro, cobre y plata con la cual confeccionaban varios objetos. Este metal llamado también tumbaga, caracoli, oro bajo o alambre, también era producido en otras culturas caribeñas de Costa Rica, Panamá y Colombia e, inclusive, en los Andes Centrales. Estas culturas lo reverenciaban y era considerado un símbolo sagrado del origen de la vida y de la existencia natural y humana.
En el siglo XV y XVI, los europeos hallaron guanines en las Antillas Mayores, y en diversos puntos de Venezuela y Guyana. Los guanines recolectados de las culturas indígenas de las Antillas Mayores, Costa Rica, Panamá y Colombia datan de los primeros siglos después de Cristo. En Puerto Rico, se encontró una lámina de guanín en un yacimiento arqueológico que fue sometida a una prueba radiocarbónica para establecer su antigüedad. Esta arrojó que la pieza data de entre el año 70 y el 374 d. C. Las de los Andes Centrales datan de un periodo anterior. También, han sido hallados en Cuba guanines muy similares a los de las culturas tairona y sinú de Colombia. No obstante, no han sido encontrados guanines en las Antillas Menores y solo ha sido localizada una pieza en Guyana, al norte de América del Sur, la cual exhibe tipología colombiana.
El guanín posee una apariencia distinta al oro, ya que tiene tonos dorado-rojizos y, según los indígenas de las Antillas, posee un olor especial. En Colombia y Centroamérica se confeccionaban figuras antropomórficas (en forma de humanos) y zoomorfas (en forma de animales) a base del guanín mediante la técnica de fundición de la cera perdida. La abundancia y el significado cultural en América Central es tan notable, que una gran zona de su costa caribeña ha sido llamada, el istmo del Guanín.
En la mayoría de los casos, eran láminas usadas como una joya colgante del cuello que lucían los jefes o caciques, en ceremonias importantes y en batallas. También, las usaban para la selección de sus esposas y el establecimiento de alianzas. Su brillo e iridiscencia era relacionado con lo sagrado por lo que legitimizaba la capacidad de mando y la habilidad de comunicación con lo sobrenatural de los caciques.
El guanín no era fabricado en las Antillas, ya que en esta región se desconocían las técnicas de fundición. El oro se moldeaba mediante la técnica de martillar las pepitas que eran abundantes en los ríos. Se cree que los guanines provienen de Colombia y que su uso llegó a las Antillas del norte de América del Sur. Algunos expertos proponen que en Guyana también se practicaba la fundición de guanines, pero esto no ha sido comprobado.
La larga presencia de los guanines a través de distintas regiones de América revela la continuidad e interacción cultural que existió en las Antillas Mayores del Caribe y de las zonas continentales de América.
Autor: Reniel Rodríguez Ramos
Publicado: 26 de diciembre de 2011