El espiritismo que se practica en Puerto Rico nos llega a través de los escritos de Hippolyte Léon Denizard Rivail, quien se daba a conocer con el pseudónimo de Allan Kardec. A pesar de que llegó a la isla a través de una clase media que había estudiado en Europa, el espiritismo también echó raíces en la clase baja rural del país. De esta manera, surgieron dos variantes en la filosofía espiritista en Puerto Rico: una formada por profesionales estudiosos y otra, de práctica popular, que mayormente se llevaba a cabo en los campos del país.
El llamado espiritismo moderno, que es el tipo que se practica en la isla, comenzó en Estados Unidos en la primera mitad del siglo XIX. Al principio, fue concebido mayormente como un fenómeno que facilitaba la comunicación con los espíritus. Esta tendencia se extendió rápidamente a través de la mayor parte de Estados Unidos, a la vez que intelectuales y filósofos de Inglaterra y Francia también se interesaban por el tema. De esta forma fue que Denizard Rivail, quien era doctor en medicina, comenzó a profundizar en el estudio del espiritismo recogiendo sus hallazgos en varios libros. En Puerto Rico se le considera el padre del espiritismo y, al día de hoy, diferentes organizaciones espiritistas puertorriqueñas siguen sus enseñanzas.
Se considera que los escritos sobre espiritismo llegaron a la isla a mediados del siglo XIX por contrabando, práctica común en esa época. En 1856, un periódico puertorriqueño llamado La Guirnalda mencionaba que el espiritismo y la evocación de los espíritus eran los temas en boga en las reuniones entre la clase alta de la isla.
En ese momento, la ley española prohibía ese tipo de publicación en Puerto Rico. Sin embargo, esto no impidió que se convirtiera en el tema de discusión más popular entre los círculos intelectuales del país. El primer grupo de estudio y práctica de la filosofía espiritista pertenecía a las clases media y alta, quienes sabían leer y tenían mayor acceso a la educación. Años más tarde, esta filosofía rompió barreras sociales introduciéndose en las clases más pobres, que consideraban al espiritismo como una fuente de inspiración para aceptar con resignación los infortunios de la vida y para resolver los problemas de salud.
Desde su introducción en la sociedad puertorriqueña, el espiritismo fue ganando seguidores. Al principio, los nuevos creyentes en el espiritismo y los católicos estaban en constante disputa. Algunos sacerdotes rechazaban llevar a cabo servicios religiosos a los espiritistas y sus familias. En ocasiones, estos eran acusados de escribir en contra de la Iglesia católica o de ofender a sus miembros.
Sin embargo, a pesar de la persecución que sufrieron, la filosofía espiritista se esparció, especialmente entre las comunidades agrícolas. Estas comunidades tendían a estar en lugares bastantes retirados del centro de los pueblos, por lo que se les hacía difícil a los representantes de la Iglesia católica mantener el control sobre dicha población. De esta manera, un espiritismo popular, repleto de rezos, sanaciones espirituales y comunicación con los espíritus se apoderó de la región rural. Este tipo de espiritismo permanece infiltrado en distintas áreas rurales de la isla.
Por otra parte, el espiritismo científico o intelectual agrupa a personas de alto nivel educativo, profesionales e intelectuales de diversos campos del saber que perciben al espiritismo como una doctrina filosófica y una ciencia que busca el conocimiento de la existencia del espíritu a través de la investigación científica. Entre sus principios fundamentales está la creencia de la existencia de una inteligencia superior que es infinita, indefinible y eterna. Cree, además, que los seres humanos están formados, no solo por un cuerpo físico, sino también por un alma inmortal, que para ellos no es otra cosa que la proyección de Dios.
El espiritismo científico cree en la reencarnación del alma, a la que ven necesaria para lograr la perfección. Este sector rechaza la práctica popular espiritista a la que llaman “espiritismo adulterado”. Según ellos, este espiritismo se presenta como uno lleno de sanaciones, brujerías, imágenes de santos y de indios y de toda suerte de artefactos extraños. Los espiritistas científicos son de la opinión de que esta práctica popular les ha dado la mala imagen que puedan tener y que es la responsable de crear mitos negativos en contra del espiritismo real, que se caracteriza, según ellos, por ser limpio, puro, filosófico, moral y espiritual.
Por otro lado, el espiritismo popular se ve a sí mismo como un espacio donde se puede ir en busca de sanación espiritual y física. Para algunos, el médium puede asumir el rol de médico o de psicólogo, ya que puede sanar tanto una afección espiritual como física si esta última es causada por la influencia de un espíritu ignorante que anda molestando a una persona.
A pesar de que el espiritismo no se considera a sí mismo como una religión, esto no ha impedido que de este surgiera lo que se podría considerar como la segunda secta religiosa de origen puertorriqueño, —después del surgimiento de la Congregación Mita—. Desde la década de 1980 existían varias iglesias en el área noroeste de la isla (Hatillo, Añasco, Barceloneta y Lares) con el nombre de Iglesia Espiritistas Cristianos Discípulos de San Pablo. Esta congregación religiosa fue fundada en Hatillo por Luis Sánchez Vargas a finales de los setenta después de recibir un mensaje del apóstol Pablo pidiéndole que estableciera una iglesia. Esta secta muestra un sincretismoreligioso que une concepciones filosóficas del pensamiento kardeciano con elementos de la doctrina cristiana.
Actualmente, los espiritistas cristianos continúan organizados en diferentes iglesias en varios pueblos de la isla. Con el correr del tiempo han crecido en membresía y el énfasis de su trabajo dentro del templo ha ido haciendo hincapié en la parte de la influencia cristiana con prácticas que incluyen cánticos evangélicos, oraciones y lecturas bíblicas.
A pesar del surgimiento de esta secta religiosa con bases espiritistas, la mayoría del espiritismo puertorriqueño se considera a sí mismo como una organización laica. En la actualidad, el espiritismo científico continúa reuniéndose en sus centros, que son considerados más bien centros de estudio e investigación espiritista en lugar de espacios para establecer contactos con los espíritus. En estos se llevan a cabo conferencias y charlas. La mayoría de ellos tienen una biblioteca con un número considerable de libros y documentos sobre temas relacionados con el espiritismo. Por otro lado, los espiritistas que practican el espiritismo popular continúan reuniéndose en sus centros o templos, donde llevan a cabo sus trabajos de sanación a través de la comunicación con los espíritus.
Autor: Elsa Planell