La mujer ha tenido presencia activa en la música académica, mejor conocida como clásica, en Puerto Rico desde los tiempos de la colonia española hasta el presente. Los procesos de invisibilización y marginación del género femenino en la investigación histórica en general, también nos han borrado de la memoria las mujeres partícipes de la acción musical puertorriqueña. En este breve ensayo, hablaremos sobre compositoras que dejaron su huella en nuestra historia y abrieron camino para las nuevas generaciones. En Puerto Rico, para fines del siglo XIX es que las primeras compositoras logran empezar a sobresalir. En este breve ensayo presentaremos algunas de las mujeres dedicadas a la composición. Muchas otras mujeres músicas de este tiempo, además de instrumentistas, fueron compositoras aunque no han sido documentadas. Es una tarea ardua encontrarlas ya que las fuentes primarias son escasas y existen muy pocas investigaciones al respecto. Además, muchas obras se encuentran perdidas aunque exista evidencia de que fueron escritas. Aún así, tenemos información valiosa de pioneras en el arte de la composición musical en Puerto Rico que sobresalen en el acervo cultural latinoamericano.
La mujer en la música en América Latina
Del convento y los hogares a las salas de conciertos, la mujeres latinoamericanas han participado como ejecutantes, educadoras, teóricas, compositoras y productoras. La primera música de quien se tiene conocimiento en América Latina es Teodora Ginés nacida en 1530. Ginés era una mujer negra libre procedente de la República Dominicana que trabajó como tañedora de bandola en la orquesta de la Catedral de Santiago de Cuba hacia 1580. Tocaba junto a su hermana, la cantante Michaela Ginés. Se le atribuye la canción “Son de la Ma Teodora”, que es parte de la tradición oral de Cuba. Las mujeres eran educadas en materia musical en los conventos. La mexicana Sor Juana Inés de la Cruz además de escritora fue profesora de música y teorista. Se le atribuye un tratado de música y es muy posible que haya sido compositora, según la musicóloga mejicana Esperanza Pulido. Muchas mujeres recibían instrucción musical en el hogar, lo cual les permitía que se les eximiera del pago de la dote al entrar al convento, además de tener un rango mayor. Estás músicas tocaban diversos instrumentos incluyendo el órgano. En la ciudad de San Juan, para el 1737, las monjas del Convento de las Carmelitas, eligieron una cantora y una sorchantre. El convento contrató al conocido pintor que también era músico, José Campeche, para ejercer como maestro de música en 1801. Ya para el 1804, se instaló un órgano en el convento y Rosario Dávila y María Monserrate Morales fungían como organistas y cantoras.
A pesar de haber mujeres músicas desde el siglo XVI, no fue hasta el siglo XIX que un mayor número tuvo acceso a la educación musical. Se esperaba que las mujeres pudiesen tocar o cantar en veladas en salones y hogares. Muchas mujeres estudiaban música con maestras y maestros particulares. En Arecibo, Aguadilla, Ponce, Humacao, San Juan y otros municipios existían cátedras de un nutrido grupo de profesores (en su mayoría mujeres) que preparaban excelentes pianistas. Es para este siglo que comienzan a establecerse las escuelas de música que admitían mujeres tales como la Academia de Ana Otero para mujeres que fue establecida en 1897 en el Viejo San Juan, bajo el auspicio de la Diputación Provincial. A mediados del siglo XIX un mayor número de mujeres comenzó paulatinamente a dedicarse profesionalmente a la música como cantantes, instrumentistas y compositoras. Ejemplo de esto son cuatro compositoras y pianistas de la cuenca del Caribe: Ana Otero (1861-1905) de Puerto Rico, Teresa Carreño (1853-1917) de Venezuela, Teresa Tanco de Herrera (1859-1946) de Colombia y Cecilia Aritzi (1856-1930) de Cuba. Estas compositoras no solo hicieron carrera en sus países de origen sino que se presentaron en Europa, Estados Unidos y otros países latinoamericanos. Ya para el final del siglo XIX y principios del XX muchas compositoras en América Latina se unieron a los movimientos musicales de la época junto a sus colegas masculinos escribiendo en estilo romántico, modernista y nacionalista.
Ana Otero Hernández (1861-1905)
Esta compositora y pianista fue parte de una generación de mujeres humacaeñas que se destacaron en los salones musicales de su tiempo. Fue la primera concertista internacional puertorriqueña. Para su tiempo aún ningún músico del País se distinguía como concertista internacionalmente. El 20 de abril de 1889 Ana Otero debutó en la Salle Pleyel, en París.
Otero Hernández fue la primera mujer en dirigir una orquesta, ser compositora y creadora de la primera academia musical para mujeres en Puerto Rico. Perteneció a una familia musical muy importante en la ciudad de Humacao. Estudió con su padre, el músico español Ignacio Otero, quien llegó a Puerto Rico como parte de una banda militar. También estudió con la pianista Concepción Gedea y don Ramón Tinajaro. Comenzó a enseñar música en la academia de su padre desde los 14 años. La artista recorrió la Isla en varias giras de conciertos en los cuales dirigió orquestas, de ahí que se le distinga como la primera mujer en hacerlo, acorde con los adelantos en la investigación hasta el presente.
Más adelante estudió en el Conservatorio de París. Allí, su profesor fue el famoso pianista Antoin François Marmontel, quien la calificó de virtuosa notable y organizó un concierto para ella en la Salle Pleyel que recibió elogios de la crítica de París, Londres y Bélgica.
También realizó giras de conciertos en América Latina y Estados Unidos aproximadamente entre 1892-1894. Tocó en el Teatro Municipal de Caracas en un evento dedicado al Presidente de la República. También se presentó en Carabobo, Jacarigua, Valencia, Maracaibo, Puerto Cabello, Barranquilla y Curaçao. Su próxima parada fue Cartagena de Indias en Colombia, para luego continuar a Costa Rica y Nueva York.
Ana realizó conciertos en Nueva York entre los cuales destaca el de la celebración del Cuarto Centenario del Descubrimiento de América. Además se presentó con mucho éxito en Filadelphia, Chicago, Baltimore y Boston. Representó a la Casa de Pianos Chikering en Nueva York y se estableció como profesora de piano en la gran ciudad.
La pianista se vio obligada a regresar a Puerto Rico para ocuparse de su familia luego de la muerte de su padre. En 1894, Ana comenzó a dirigir la Academia Otero en Humacao. En 1897, se mudó al Viejo San Juan, donde estableció una academia para señoritas con la subvención de la Diputación Provincial con el apoyo de la Primera Dama. Se ubicó en la calle San Justo #16. Entre sus estudiantes estuvieron Carmen Belén Barbosa, Alicia Sicardó y Monserrate Ferrer, quienes a su vez fueron importantes ejecutantes y profesoras que continuaron el legado de Ana Otero.

Partitura de “Premiere Pensée”, vals compuesto por Ana Otero.
Las composiciones de Otero incluyen valses, danzas y piezas para piano. Entre las danzas se destaca “Un atrevimiento”. Su obra “Premier Pensée” (Primer Pensamiento) es un vals de concierto que dedicó a su padre y fue publicado en Barcelona por Andrés Vidal y Roger. Luego de su fallecimiento, sus alumnas realizaron un concierto en el Ateneo de Puerto Rico durante el cual tocaron las obras musicales de su maestra.
Grabación de arreglo de “Premiére Pensée” cuarteto de guitarras con los maestros, Gustavo Batista, Ernesto Cordero, Leonardo Egurbida y Juan Sorroche. https://www.archivoicp.com/icpmc2-musica-de-camara-puertorriquena-batista-cordero-egurbida-sorroche
Además, realizó un arreglo de “La Borinqueña” que acostumbraba tocar en todos sus conciertos demostrando así su ferviente patriotismo. Este arreglo apareció en el periódico “Patria”, fundado por José Martí en Nueva York, en 1892.
Frances Gotay (1865-1932)

Frances Gotay
Esta compositora nació en Puerto Rico en 1865. Fue maestra de música y compositora siendo monja del Convento de la Sagrada Familia para mujeres negras de Nueva Orleans. Emigró a Nueva Orleans a los 17 años cambiando su nombre a Sister Marie Seraphine al tomar los votos en 1886.
Se formó musicalmente en la escuela católica de música de su comunidad gracias al apoyo de sus superiores. Se destacó como pianista y se preparó para tocar los instrumentos orquestales y el órgano. Una vez terminó sus estudios, se convirtió en profesora de música y directora de la orquesta en la Academia St. Mary’s. Además, enseñó música en el orfanato para varones Thomy Lafon y el orfanato para niñas Berchman. Uno de sus legados más importantes fue la creación de una banda para niños.
De sus composiciones se conserva el “Reverie La Puertorriqueña”, una obra corta de estilo romántico. Lamentablemente, muchas de sus composiciones se perdieron al mudar el convento en 1960. Frances Gotay fue la única compositora negra conocida en esa época en Nueva Orleans.
Video: “Reverie” con Adé Williams, violin y Milana Pavchinskaya, piano
Ramona Sicardó Iser (1878-1950)
Esta pianista, educadora y compositora nació en San Juan en 1878. Fue una concertista importante en Cuba y en otros países. Comenzó su formación con su padre y luego tomó clases con Ramón Sarriera en San Juan. Después se trasladó a Cuba, donde estudió en el Conservatorio “Hubert de Blanck” con el compositor y pianista Ignacio Cervantes. El Real Conservatorio Madrid fue su próxima parada. Enrique Granados y Felipe Pedrell fueron algunos de sus maestros. Más adelante estudió en París con el afamado pianista Antoine de Marmontel.
Entre sus conciertos se destacan presentaciones en Bélgica y en el Teatro de la Comedia de Madrid. Además realizó colaboraciones con los violinistas Rafael Díaz Albertini y Claudio José Domingo Brindis de Salas. Fue profesora del Conservatorio de Madrid y luego regresó a Cuba a enseñar en los Conservatorio “Hubert de Blanck” y “Falcón”. En 1917 fundó su propio Conservatorio Sicardó.
Escribió dos tratados de armonía y teoría musical utilizados en Cuba para la educación musical. Sus composiciones incluyen obras para piano solo, piano y voz, y banda. Su mazurca de salón “Violeta” se encuentra en la Biblioteca Digital Hispánica de la Biblioteca Nacional de España.
Enlace a la obra en la Biblioteca Digital Hispánica: http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000087290&page=1
Mercedes Arias (c.1863-1954)
Fue una de la más importantes pianistas, pedagogas y compositoras del siglo XIX en la ciudad de Ponce. Se destacó en los escenarios ponceños como solista y en música de cámara. Se presentó junto a la Orquesta de Conciertos organizada en 1926 y dirigida por el maestro Jaime Pericás Díaz. Junto a la soprano Lizzie Graham y bajo la dirección de Juan Morel Campos, organizó y realizó conciertos, tertulias, representaciones y recitales.
Sus profesores principales fueron Juan Morel Campos y Julio de Arteaga. Fernando Callejo la describe como “pianista de correctísima escuela” y menciona su “facilidad para componer”. Además de ser concertista y compositora fue una importante profesora de piano. Fue pianista del cine mudo en el Teatro Fox Delicias en Ponce.
Escribió obras para piano solo, y piano con voz. Algunas de sus obras son los valses “Flores y perlas”, “Renacimiento” editadas por la casa Otero y Co. En el Archivo General de Puerto Rico se encuentran las danzas para voz y piano “A Casita que Llueve”, “La curiosidad” y “Las gallinas” publicadas por A. Vidal y Roger en Barcelona.
Monserrate Ferrer (1885-1996)

Monserrate (Monsita) Ferrer
Fue la primera compositora puertorriqueña a tiempo completo. Comenzó sus estudios musicales con la profesora Rosa Sicardó a la edad de seis años para convertirse en una de las más importantes alumnas de piano de Ana Otero. Estudió composición y armonía con Julio de Arteaga y Gonzalo Nuñez. Muchas de sus composiciones fueron premiadas comenzando por su Two-Step “Apolo” en el Certamen de Bayamón en 1910. Su “Vals ideal” fue premiado en la Competencia del Ateneo Puertorriqueño. Su danza “Ensueño” y su “Nocturno” fueron premiadas por la Sociedad de Escritores y Artistas de Ponce, esta última en 1914. Realizó estudios en Estados Unidos y Europa. De vuelta en Puerto Rico, continuó estudios con Arístides Chavier. También estudió con Jesús María Sanromá en el Conservatorio de Música de Puerto Rico. Ferrer se unió al movimiento musical nacionalista de la década de 1950, luego de conocer al compositor Héctor Campos-Parsi.
Su extenso catálogo de obras incluye: canciones de arte, fugas, música sacra, temas con variaciones, marchas, mazurcas, danzas, minué, polonesa, rondó, caprichos, valses, aguinaldos, villancicos y canciones escolares. Muchas de estas obras se encuentran en el Archivo General de Puerto Rico. En sus numerosas danzas, Ferrer amplió el lenguaje armónico además de hacer la notación más precisa para hacer más fácil la interpretación de las mismas. Entre ellas se encuentra la danza “Recuerdos del pasado” con un lenguaje armónico complejo acompañando una línea melódica rítmica y sublime. Su obra “Amanecer”, con letra de Luis Llorens Torres, es una de las canciones de arte más interpretadas en Puerto Rico en la época navideña.
Grabación de Amanecer por Ana María Martínez, voz junto a Craig Terry, piano
Josefa “Pepita” Nazario Alsina
Esta compositora y pianista puertorriqueña nació en San Germán en 1910. Estudió piano con su madre Consuelo Alsina. Como muchos músicos de esa época, Pepita, fue pianista del cine mudo. Su primer trabajo fue tocando la música en vivo en el Cine Sol de San Germán cuando tenía 14 años de edad. Fue la primera mujer en dirigir una orquesta de música popular, la Orquesta Happy Hills, en San Germán. Dirigió dicha orquesta del 1932 al 1942.
Escribió dos danzas: “Gotas de agua” y “Consuelo”. Ambas danzas denotan una expresividad de estilo romántico y ritmo constante de corte caribeño. “Consuelo” fue dedicada a su madre y su familia.
En el periódico “La Democracia” del 25 de octubre de 1935 aparece una carta de Onofre Jusino reseñando la reciente presentación de la Orquesta Happy Hills en el emisora radial WKAQ. El autor destaca la excelente labor de Pepita Nazario como directora: “Los muchachos músicos de San Germán, estuvieron sencillamente colosales en sus elocuentes disertaciones y espléndidas interpretaciones de las bellísimas piezas pulcramente ejecutadas. Fue grande su acierto como directora”.
Audio: “Los pasos de mi conga” bajo la dirección de Josefa “Pepita” Nazario Alsina quien a su vez era la pianista del grupo. Podemos escuchar a Pepita interpretar un solo de piano en la parte final de la pieza. Grabación provista por Kelvin Acosta, historiador y administrador Museo de San Germán y Orquesta Happy Hills.

Orquesta Happy Hills de San Germán, bajo la dirección de Pepita Nazario Alsina.

Pepita Nazario Alsina fue directora la Orquesta Happy Hills de 1932 al 1942.
Monserrate Deliz Méndez (1892-1969)
Esta compositora nació en Aguadilla el 20 de septiembre de 1892. Fue una incansable investigadora, educadora, pianista, folclorista y gestora musical. Su formación académica incluyó la Licencia de Maestra del Departamento de Educación Pública, el Certificado de Supervisión de Enseñanza de Música, Enseñanza Grupal de Piano y Bachillerato en música de la Universidad de Boston y estudios avanzados en música en la Universidad del Sur de California.
Trabajó como maestra en escuelas públicas de Aguadilla, para luego unirse a la facultad del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, donde enseñó por 20 años.
Su interés por dar a conocer la música y los músicos puertorriqueños la llevó a formar parte del Comité de Ediciones y Grabaciones Musicales del Instituto de Cultura Puertorriqueña. Fue gestora de muchas organizaciones musicales y eventos incluyendo la Semana Nacional de la Música en Aguadilla, el Alma Glee Club de la UPR y el Festival de la Danza Puertorriqueña. Fundó una agrupación coral en la UPR, sentando las bases para el Coro de la Universidad de Puerto Rico.
Sus obras principales son “ABC: Cantos infantiles” (1924), “Cantos para niños: A spanish song book for schools” (1925), “ABC: Cantos infantiles: Guía para el Maestro” (1963) y “Renadío” (1951) premiada por el Instituto de Cultura Puertorriqueña. En sus obras recoge romances, danzas y aguinaldos populares puertorriqueños.
Enlace a “Renadío del Cantar Folklorico Puertorriqueño” en el archivo digital del Instituto de Cultura Puertorriqueña. https://www.archivoicp.com/icpf1a-f1b-renadio-del-cantar-folklorico-puertorriqueno
Investigar sobre las mujeres compositoras en Puerto Rico es una tarea importante y necesaria para darle vida a sus obras interpretándolas regularmente. Resulta retante debido a la falta de documentación y de investigación disponible. Espero que este artículo estimule la curiosidad y podamos continuar investigando para tener una historia inclusiva de la música en Puerto Rico.
Referencias:
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Autora: Dra. Ana María Hernández Candelas
27 de agosto de 2021
Revisión: Dra. Lizette Cabrera Salcedo
31 de agosto de 2021
La autora agradece su colaboración al profesor Javier Almeyda, director de la Colección Puertorriqueña de la Biblioteca José M. Lázaro, Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.