Reunión de los miembros del Partido Coalición Republicana Socialista con del gobernador William D. Leahy, 14 de junio de 1939. Aparecen sentados de izquierda a derecha: Rafael Martínez Nadal, Santiago Iglesias Pantín y el gobernador Leahy. Están de pie, de izquierda a derecha: Fernando Géigel, Alfonso Valdés, Bolívar Pagán y Louis Obergh. Foto tomada de Gonzalo F. Córdova, “Resident Commissioner Santiago Iglesias and His Times”, 1993.
La historiografía puertorriqueña ha estudiado de forma extensa la década de 1930. El foco de atención principal de los historiadores y economistas ha sido la Gran Depresión, el Nuevo Trato, el Partido Nacionalista, los conflictos obrero-patronales y las figuras de Luis Muñoz Marín, Pedro Albizu Campos y Santiago Iglesias Pantín. No obstante, la Coalición Republicana Socialista ̶ integrada por el Partido Unión Republicana (PUR) y el Partido Socialista (PS) ̶ ha sido un tema poco considerado a pesar del significado político y económico, pues tuvo control de la Asamblea Legislativa en Puerto Rico entre 1933 y 1940.
En este artículo examinamos cómo las fuerzas coalicionistas organizaron y articularon su administración de la rama legislativa en la creación de un programa económico para atender los agudos problemas del País en la década de 1930. La Coalición trabajó en una propuesta alternativa al “Plan de la Comisión de Normas de Puerto Rico” conocido como Plan Chardón. Ese plan fue redactado por una comisión creada por el Presidente de Estados Unidos (EE.UU.), constituida por prestigiosos investigadores y presidida por Carlos Chardón, rector de la Universidad de Puerto Rico. La mayor parte de la comisión tenía vínculos con el Partido Liberal Puertorriqueño, fundado por Antonio R. Barceló en 1932 y del cual era un miembro destacado el joven Luis Muñoz Marín.
¿Cuál era el perfil social y económico de los representantes y de los senadores del PUR y el PS? ¿Qué grupos y sectores sociales y económicos representaron cada uno de esos partidos políticos? ¿Cómo articularon los republicanos y socialistas sus prioridades en la Asamblea Legislativa? ¿Intentaron los coalicionistas cooptar el Plan Chardón? ¿Tenían un proyecto económico propio? ¿Cuál era su contenido? ¿Qué intereses atendía? ¿Respondía a los constituyentes del PUR? ¿Satisfacía los compromisos programáticos que fueron asumidos con sus electores por el PS? ¿Fueron supeditados los objetivos de alguno de estos grupos en tal proceso? Esas son preguntas que comienzan a contestarse en este artículo.
El PUR y el PS representaban grupos sociales distintos. En la administración de la Asamblea Legislativa se impusieron los intereses promovidos por los republicanos en menoscabo de los intereses socialistas. Además, el plan económico elaborado por las fuerzas coalicionistas como alternativa al Plan Chardón estuvo orientado por el PUR y tenía como fin impulsar un programa capaz de responder a la crisis económica; mientras, protegía los intereses de los dueños de capital – en especial en la industria azucarera – y fortalecía la estrecha relación que exhibía la estructura productiva de Puerto Rico con EE. UU.
La Gran Depresión de 1929 en Puerto Rico develó límites y contradicciones de una economía fundamentada en el monocultivo de la caña de azúcar y orientada a los mercados externos que se había consolidado en a partir de la invasión de EE. UU. en 1898. En aquel año la metrópoli iniciaba una etapa inédita en su historia al arrogarse por primera vez la posesión de territorios en Ultramar. Entre las razones estaba la necesidad de nuevas fuentes de materia prima, mano de obra y mercados para sus productos. Desde esta perspectiva, la Ley Foraker (1900) y la Ley Jones (1917) cumplieron las funciones de herramientas de control económico pues facilitaron la penetración y expansión del capital metropolitano para acceder a recursos productivos y dominar industrias posibilitando mayor rentabilidad de sus empresas. La producción se subordinó a sus intereses. Estos cambios económicos no se tradujeron en mejores condiciones de vida para muchas personas. Mientras las corporaciones azucareras estaban generando anualmente ganancias multimillonarias – incluso en la Gran Depresión – los bajos salarios, el desempleo masivo y el alto costo de vida forzaron a vivir en la pobreza a un número significativo de familias. Hubo una polarización social y el orden vigente perdió credibilidad. Múltiples sectores cuestionaron la legitimidad del control estadounidense sobre el país e importantes debates ocurrieron sobre la situación insular.
Entre 1930 y 1940 se produjeron múltiples estudios en torno a la sociedad y economía del País. “Porto Rico and Its Problems”, financiado por el Brookings Institution y publicado en 1930, y “Porto Rico: A Broken Pledge”, divulgado un año después por el American Fund for Public Service (AFPS) fueron de los principales. Ambos indagaron en con respecto a las causas de los problemas sociales y económicos que se manifestaron en las primeras tres décadas del Siglo XX. Sus autores coincidieron sobre las pobres condiciones económicas que había en Puerto Rico. Tuvieron discrepancias con respecto al origen de la crisis y las políticas para poder solucionarla. El principal elemento de contención entre ellos fue el gran peso que sostenía la industria azucarera en la economía del País. Las medidas que fueron sugeridas en cada investigación para atender la crisis económica habían sido elaboradas tomando como referentes ideas económicas que diferían en asuntos importantes. El Brookings Institution, por ejemplo, defendía firmemente instituciones fundamentales del capitalismo tales como la propiedad privada y la libertad de empresa. Su objetivo era dotar de mayor eficiencia al sistema capitalista a través del análisis científico de las políticas públicas. Mientras, por otra parte, el AFPS aspiraba fomentar cambios radicales a ese sistema económico. Sugería utilizar criterios alternos para la organización social.
El Nuevo Trato fue un programa del Gobierno de EE. UU. para superar la Gran Depresión de 1929 incentivando el gasto público y la presencia del Gobierno en la economía con políticas keynesianas. Se propuso revitalizar el sistema capitalista. La aplicación del Nuevo Trato generó mucha discusión en Puerto Rico. La industria del azúcar tuvo lugar prominente en el debate. Para algunos los problemas económicos tenían su origen en ese sector. Apoyaban las iniciativas estadounidenses para reglamentar la producción en esa industria y utilizaron estas para elaborar el programa de rehabilitación económica llamado Plan Chardón. Otros señalaban a la industria del azúcar como actividad productiva indispensable para promover mayor bienestar en Puerto Rico. Se opusieron a la mayor intervención del Gobierno en la economía y a políticas nuevotratistas específicas porque entendían que eran contraproducentes; incluyendo, entre ellas, el Plan Chardón. Este sector estuvo representado principalmente por diferentes grupos empresariales organizados en lo que entonces denominaban las Fuerzas Vivas equivalente a lo que en la actualidad se conoce como la Coalición del Sector Privado. Algunas organizaciones de las Fuerzas Vivas eran la Cámara de Comercio de Puerto Rico y la Asociación de Productores de Azúcar de Puerto Rico. Estas tenían también el respaldo del PUR. Tanto los grupos que apoyaron como los que se oponían a la aprobación del Plan Chardón estuvieron muy activos en el debate público y tuvieron importantes aliados políticos para acceder al poder y promover sus intereses.
Estas discusiones sucedieron en un contexto donde los pactos electorales eran la norma en Puerto Rico. Diversidad de factores incidieron en dicha práctica política. Merece destacarse entre ellos el nacimiento y fortalecimiento del PS como fuerza política y la amenaza que representaba su crecimiento al Partido Unión y al Partido Republicano. La profunda crisis de la actividad productiva es otro factor que considerar para comprender el reacomodo de los partidos principales y, por tanto, de aquellos sectores sociales que a través de ellos impulsaban intereses particulares. En dicha coyuntura se constituyeron el PUR, el Partido Liberal Puertorriqueño, la Alianza Puertorriqueña y la Coalición Republicana Socialista. Como ya se ha dicho, esta última organización política se formó por el PUR y el PS. El liderato de ambos partidos compartía el interés de promover la anexión política de Puerto Rico con EE. UU. El primero representaba, en términos generales, los intereses de los propietarios de capital; particularmente, en la industria del azúcar. Mientras, el segundo aspiraba representar a los trabajadores. Se “unieron” a pesar de que tenían programas de gobierno divergentes. El PUR tenía como objetivo ofrecer atención a la crisis consolidando el sistema de producción capitalista y sus relaciones sociales según el ordenamiento establecido por EE. UU. a partir del nuevo contexto de dominación fijado en 1898. Para lograr esto, impulsó mayor participación del sector privado en el mercado. Muchas de las medidas propuestas se realizaron tomando en consideración los intereses de las Fuerzas Vivas y las recomendaciones del Brookings Institution en “Porto Rico and Its Problems”. Por otra parte, el Partido Socialista promovía el crecimiento en la producción y la redistribución de las riquezas para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y las trabajadoras apoyando la intervención pública en el mercado. Muchas de las medidas eran similares a las recomendadas por el AFPS en “Porto Rico: A Broken Pledge”. Para la Coalición Republicana Socialista fue difícil crear un programa conjunto de gobierno. Elaboraron unas propuestas generales y ambiguas sujetas a interpretaciones amplias y diversas. Dicho lenguaje fue producto de los diferentes intereses económicos que cada una de estas organizaciones representaba en la sociedad puertorriqueña. No obstante, el pacto electoral les permitió triunfar en los comicios generales. La Coalición postuló candidatos comunes en las elecciones de 1932 y 1936, y lideró la Asamblea Legislativa de Puerto Rico entre 1933 y 1940.
Las ejecutorias de la Asamblea Legislativa durante la administración de la Coalición Republicana Socialista constituyen un capítulo muy interesante de la historia puertorriqueña dadas las divergencias de las organizaciones coligadas. Para el PUR y el PS ponerse de acuerdo fue un reto pues sus legisladores representaban y pertenecían a diferentes clases sociales. Los primeros eran dueños de tierra y capital. Generalmente estaban empleados por cuenta propia o desempeñaban funciones gerenciales. Administraban y supervisaban el trabajo por lo que su participación en la producción era indirecta. Muchos tenían experiencia en los asuntos legislativos pues ya habían realizado tareas similares. Los segundos eran mayormente empleados asalariados que no poseían tierras ni capital. Realizaban tareas artesanales o vocacionales y participaban de manera directa en la producción. Ellos estaban habituados a promover sus ideas mediante la lucha obrera en el taller de trabajo. Muchos no tenían experiencia usando los recursos parlamentarios para impulsar sus propuestas. Tanto la preparación profesional como la experiencia parlamentaria junto al hecho de que la Cámara de Representantes y el Senado eran presididos por legisladores afiliados al PUR contribuyó a que los republicanos pudieran impulsar de forma más efectiva sus intereses en el proyecto económico coalicionista y en la Asamblea Legislativa en general.
La ideología republicana prevaleció en el proyecto económico alternativo que presentó la Coalición para rechazar el Plan Chardón. Dicho proyecto se llamó “Plan para la Rehabilitación Económico-Social de Puerto Rico” (1935). Fue redactado por la Comisión Económica de la Asamblea Legislativa de Puerto Rico que controlaba el PUR. El Plan Chardón había propuesto el año anterior (1934) diversificar la agricultura y estimular nuevas industrias para a transformación de la estructura productiva a mediano y largo plazo. Utilizó como referentes teóricos las ideas económicas propuestas por el keynesianismo en torno a la necesidad de la presencia del Gobierno en el mercado para regular el sistema capitalista.
El plan coalicionista tenía entre sus objetivos reducir la deuda pública y privada, intensificar la actividad agrícola comercial y promover la producción industrial complementaria, sin aspirar a la transformación de la estructura productiva del País. Al contrario, proponía su consolidación. Sostenía que la industria azucarera representaba la principal actividad económica insular tanto en el corto como en el largo plazo. Estaba determinado a proteger esa base económica. Usó como principal referente teórico los principios rectores de la escuela clásica de la economía.
Varios factores incidieron para que finalmente el plan coalicionista no se ejecutara. Los más importantes fueron: la limitación de recursos y la ausencia de poderes. Poner en funciones dicho programa era muy costoso y las fuerzas coalicionistas tampoco disponían del poder necesario para ejecutar por cuenta propia el plan de rehabilitación económica diseñado para la Isla. Tenían control de la Asamblea Legislativa, pero no el apoyo del Gobierno de EE. UU. Cualquier programa de rehabilitación económica debía tener el aval de las autoridades metropolitanas y estas habían dirigido sus recursos al Plan Chardón porque era cónsono con el Nuevo Trato.
El Plan Chardón y el Plan de la Coalición Republicana Socialista fueron diseñados para atender los intereses de grupos sociales distintos. Las redes de apoyo de cada uno eran diferentes. El Plan Chardón tuvo el aval de la administración de EE.UU., el Partido Liberal, profesionales progresistas, pequeños agricultores y diferentes grupos de trabajadores. Mientras el programa coalicionista había sido promovido por la Asamblea Legislativa, la Coalición Republicana Socialista, las Fuerzas Vivas, profesionales conservadores y grandes propietarios de tierras.
El Plan de la Coalición Republicana Socialista no satisfacía tampoco el programa del PS. Apenas hacía alusión a las condiciones de vida de los trabajadores y al problema del desempleo. Además, no consideraba la Ley de los 500 Acres, importante reglamentación que limitaba la propiedad de la tierra. Sus intereses habían sido ignorados por el PUR. El acceso al poder público mediante una alianza con representantes de propietarios de capital no rindió los frutos esperados por la clase obrera.
La experiencia de la Coalición Republicana Socialista durante el periodo de 1933 al 1940 podría ser útil para que los grupos proponentes de proyectos de esta naturaleza en el futuro reflexionen sobre sus lecciones y analicen cómo dichas alianzas con sectores que tienen intereses y referentes económicos diferentes a los suyos pueden resultar en beneficio para sus constituyentes.
Por otro lado, espacio aparte merece la discusión de la ejecución de Plan Chardón mediante la Puerto Rico Reconstruction Administration y las dificultades que imposibilitaron que se pusiera en práctica en su totalidad.
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Autor: Dr. Iyari Ríos González
1 de julio de 2021
Revisión: Dra. Lizette Cabrera Salcedo