La Central Coloso, ubicada en el barrio Guanábana del municipio de Aguada, es una de las primeras centrales azucareras que se fundaron en Puerto Rico. Durante el siglo XX, fue uno de los emporios azucareros más productivos de la Isla. Fue también, la última en cesar operaciones en el 2003.
Los inicios de Coloso se remontan al siglo XIX, específicamente hacia finales de la década de 1820, cuando en las afueras del pueblo de Aguada se fundó la hacienda Caño de las Nasas. La misma funcionaba a base de un trapiche de bueyes, la cual, en 1864, producía alrededor de 100 bocoyes o barriles de azúcar moscabada diarios. En las postrimerías de la década de 1860, Emilio Vadí adquirió la hacienda y le cambió el nombre a Coloso. Se transformó en central a partir de 1875, cuando Vadí mecanizó la producción. Gracias a esto, alcanzó los 1,000 bocoyes de azúcar diarios. Durante el resto de la década de 1870, ese número fue en aumento.
Vadí formó una sociedad con el empresario alemán H. Kuster en 1879. Sin embargo, debido a la gran cantidad de dinero que le debían a los acreedores y a la crisis de la industria azucarera del último tercio del siglo XIX, la Sociedad Kuster y Vadí vendió a Coloso al comerciante José Amell Massó en 1897. Ese mismo año, el comprador consolidó la Central Coloso con: la Monserrate y los ingenios Josefa, La Concepción y Las Gracias, los cuales había adquirido entre 1885 y 1895. También, trasladó la maquinaria de la Central Monserrate a la Coloso.
A raíz de la consolidación, la Central Coloso se extendía a través de 4,500 cuerdas de terreno, de la cuales eran sembradas de 500 a 600 anualmente. También, procesaba el fruto que producían los colonos, terratenientes que cultivaban la caña y la vendían a las fábricas para su molienda. En 1902, se registró una producción total de 20,000 sacos de azúcar (de 250 libras cada uno). Durante la zafra, o época de cosecha de la caña de azúcar, el número de empleados alcanzaba 1,500 obreros.
En 1904, unos inversionistas franceses adquirieron la Central Coloso y la incorporaron con el nombre de Sucrerie Centrale Coloso de Porto Rico. Pasó a manos de capital estadounidense en 1915, cuando la compró la West Puerto Rico Sugar Co. En 1921, se convirtió en la Central Coloso, Inc. En ese momento contaba con cerca de 300 acres de tierra. En las décadas siguientes, la central continuó un programa de expansión y modernización. Para 1952, año de producción récord en la industria azucarera puertorriqueña, Coloso tenía una capacidad de molienda de 5,000 toneladas de azúcar diarias. Alcanzó la producción más alta de tonelaje de caña en 1961, cuando llegó a las 73,554 toneladas.
La industria azucarera pasó por una gran crisis económica para mediados del siglo XX, debido a varias razones entre las que cabe mencionar: el alto costo de producción, la reducción de los precios de venta, la restricción del crédito a los colonos y las huelgas de la caña. Otro factor significativo, fue el inicio de la industrialización del País, que tuvo como consecuencia el desplazamiento de la agricultura como sector principal de la economía.
La Central Coloso siguió siendo administrada por la industria privada hasta 1972, año en que el Gobierno de Puerto Rico la arrendó como parte del Programa de Rehabilitación de la Industria Azucarera (PRIA), el cual se había comenzado a implementar en 1970. En 1976, el Gobierno adquirió la Central Coloso a través de la Corporación Azucarera de Puerto Rico. Esta agencia se había creado en 1973 con el propósito de desarrollar, mejorar e intensificar el cultivo y procesamiento de la caña de azúcar. La corporación se encargaría de administrar la central y de arrendar los terrenos a colonos para que éstos los trabajasen. El fruto que éstos produjeran sería procesado en la central.
Para la década de 1980, la mayor parte de las centrales habían cerrado operaciones. Coloso mantuvo un tonelaje de producción considerable en comparación con las centrales que quedaban en funcionamiento. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos del gobierno, la industria se encontraba en un estado cada vez más crítico. A partir de 1986, toda la producción de caña de azúcar que administraba la Corporación Azucarera pasó a manos de colonos privados. La mayor parte de esta producción se procesaba en Coloso.
A principios de la década de 1990, el gobierno de Puerto Rico comenzó a implementar un plan de privatización de la Corporación Azucarera. Para 1997, sólo permanecían en funcionamiento dos centrales: Roig, que cerró un año más tarde, y Coloso. De éstas, Coloso era la de más antigüedad. Ese mismo año, se organizó un comité de transición entre los colonos y la corporación. En enero de 1998, se realizó la primera entrega de propiedad agrícola a la compañía que creó los colonos de Coloso: Agro Industria Azucarera del Oeste, Inc. La transferencia final ocurrió en diciembre del 2000. En manos privadas, la central continuó procesando una cantidad limitada de caña de azúcar hasta el 2003, cuando finalmente cesó operaciones, dando fin a la era cañera puertorriqueña.
Desde 1999, con la aprobación de la Ley Núm. 275 de 18 de agosto de dicho año, el antiguo complejo industrial de la Central Coloso fue declarado monumento de valor histórico. Además, el Valle Coloso, al cual pertenecen la central y todas sus instalaciones, se declaró reserva agrícola tras aprobarse la Ley Núm. 142 de 4 de agosto de 2000.
Por Grupo Editorial EPRL
Referencias
“Central Coloso”. [San Juan, P. R.]: Corporación Azucarera de Puerto Rico, [s.f.].
Ramos Mattei, Andrés. La sociedad del azúcar en Puerto Rico, 1870-1910. Río Piedras, P. R.: Universidad de Puerto Rico, 1988.
Zayas Rivera, Duhamel. El verdor y dulce de nuestra caña de azúcar. [Puerto Rico: s. n.], 2004.
Pumarada O’Neill, Luis. Trasfondo histórico de la hacienda azucarera puertorriqueña: 1523-1942. Tomo I: Trasfondo Histórico. [San Juan, P. R.]: Oficina Estatal de Conservación Histórica, [s.f.].
Publicado: 17 de septiembre de 2014.