La Central Coloso, ubicada en el barrio Guanábana del municipio de Aguada, es una de las primeras centrales azucareras que se fundaron en Puerto Rico. Durante el siglo XX, fue uno de los emporios azucareros más productivos de la Isla. Fue, también, la última en cesar operaciones en el año 2000.
Los inicios de Coloso se remontan al siglo XIX, específicamente hacia finales de la década de 1820, cuando en las afueras del pueblo de Aguada se fundó la hacienda Caño de las Nasas; funcionaba a base de un trapiche de bueyes, que en 1864 producía unos 100 bocoyes o barriles diarios de azúcar mascabado. En las postrimerías de la década de 1860, Emilio Vadí adquirió la hacienda y le cambió el nombre a Coloso. Se transformó en central a partir de 1875, cuando Vadí mecanizó la producción y se alcanzaron los 1,000 bocoyes de azúcar diarios; durante el resto de la década de 1870, ese número fue en aumento.
Vadí formó una sociedad con el empresario alemán H. Kuster en 1879. Sin embargo, ante la gran cantidad de dinero que le debían a los acreedores, y la crisis de la industria azucarera del último tercio del siglo XIX, la Sociedad Kuster y Vadí vendió Coloso al comerciante José Amell Massó, en 1897. Ese mismo año, el comprador consolidó la Central Coloso con la Monserrate y los ingenios Josefa, La Concepción y Las Gracias, que había adquirido entre 1885 y 1895. También, trasladó a Coloso la maquinaria de la Central Monserrate.
A raíz de esta consolidación, Coloso se extendía a través de 4,500 cuerdas; de ellas, 500 a 600 eran sembradas anualmente. También se procesaba el fruto que producían los colonos, terratenientes que cultivaban la caña y la vendían a las fábricas para su molienda. En 1902 se registró una producción total de 20,000 sacos de azúcar (de 250 libras cada uno). Durante la zafra, o época de cosecha de la caña de azúcar, el número de empleados alcanzaba los 1,500 obreros.
En 1904, unos inversionistas franceses adquirieron la Central Coloso y la incorporaron con el nombre de Sucrerie Centrale Coloso de Porto Rico. Pasó a manos de capital estadounidense en 1915, cuando la compró la West Puerto Rico Sugar Co. En 1921 se convirtió en Central Coloso, Inc., cuando contaba con unos 300 acres de tierra.
En las décadas siguientes, la central continuó un programa de expansión y modernización. Para 1952, año de producción récord en la industria azucarera puertorriqueña, Coloso tenía una capacidad de molienda de 5,000 toneladas de azúcar diarias. Alcanzó la producción más alta de tonelaje de caña en 1961, cuando llegó a las 73,554 toneladas.
Por varias razones, la industria azucarera pasó por una gran crisis económica para mediados del siglo XX: el alto costo de producción, la reducción de los precios de venta, la restricción del crédito a los colonos y las huelgas. Otro factor significativo fue el inicio de la industrialización del país, que tuvo como consecuencia el desplazamiento de la agricultura como sector principal de la economía.
La Central Coloso siguió siendo administrada por la industria privada hasta 1972, año en que el Gobierno de Puerto Rico la arrendó como parte del Programa de Rehabilitación de la Industria Azucarera (PRIA), que se había comenzado a implementar en 1970. En 1976, el Gobierno adquirió la Central Coloso a través de la Corporación Azucarera de Puerto Rico. Esta agencia se había creado en 1973 para desarrollar, mejorar e intensificar el cultivo y procesamiento de la caña de azúcar. La corporación se encargaría de administrar la central y de arrendar a colonos los terrenos, para ser trabajados; el fruto obtenido sería procesado en la central.
Para la década de 1980, la mayor parte de las centrales había cerrado operaciones. Coloso mantuvo un tonelaje de producción considerable versus las centrales que quedaban en funcionamiento; mas, a pesar de los esfuerzos del gobierno, la industria se encontraba en un estado cada vez más crítico. A partir de 1986, toda la producción de caña de azúcar que administraba la Corporación Azucarera pasó a manos de colonos privados, procesada mayormente en Coloso.
A principios de la década de 1990, el gobierno de Puerto Rico comenzó a implementar un plan de privatización de la Corporación Azucarera. Para 1997, sólo permanecían en funcionamiento dos centrales: Roig, que cerró un año más tarde, y Coloso; de estas, Coloso era la de más antigüedad. Ese mismo año se organizó un comité de transición entre los colonos y la corporación. En enero de 1998 se realizó la primera entrega de propiedad agrícola a la compañía que crearon los colonos de Coloso: Agro Industria Azucarera del Oeste, Inc. La transferencia final ocurrió en diciembre de 2000. En manos privadas, la central continuó procesando una cantidad limitada de caña de azúcar hasta 2003, cuando finalmente cesó operaciones, dando fin a la era cañera puertorriqueña.
Desde 1999, con la aprobación de la Ley Núm. 275 del 18 de agosto, el antiguo complejo industrial de la Central Coloso fue declarado monumento de valor histórico. Además, el Valle del Coloso, al cual pertenecen la central y todas sus instalaciones, se declaró reserva agrícola tras aprobarse la Ley Núm. 142 del 4 de agosto de 2000.
Referencias
“Central Coloso”. [San Juan, P. R.]: Corporación Azucarera de Puerto Rico, [s.f.].
Ramos Mattei, Andrés. La sociedad del azúcar en Puerto Rico, 1870-1910. Río Piedras, P. R.: Universidad de Puerto Rico, 1988.
Zayas Rivera, Duhamel. El verdor y dulce de nuestra caña de azúcar. [Puerto Rico: s. n.], 2004.
Pumarada O’Neill, Luis. Trasfondo histórico de la hacienda azucarera puertorriqueña: 1523-1942. Tomo I: Trasfondo Histórico. [San Juan, P. R.]: Oficina Estatal de Conservación Histórica, [s.f.].
Autor: Grupo Editorial EPRL
Publicado: 18 de marzo de 2010