El Valle de Lajas, localizado en la región suroeste de Puerto Rico, posee acuíferos relativamente extensos, de productividad menor y de aguas mineralizadas debido al clima, la geología y las prácticas de cultivo. El valle ocupa un área de 84.5 mi2, desde Guánica hasta la zona de Hormigueros-Cabo Rojo. La extensión de la planicie central donde se encuentra el acuífero principal es de aproximadamente 35 mi2 (Figura 20).
La topografía del valle es relativamente llana. Posee una elevación máxima de 45 pies, reduciéndose a la elevación del mar en las zonas este y oeste. La precipitación promedio anual en el valle es de 45 pulgadas, con un potencial de evapotranspiración de 37.8 pulgadas anuales. En el valle no nacen ríos o quebradas perennes debido a la escasa lluvia y la alta evapotranspiración. No obstante, hay dos lagunas importantes: Cartagena y Guánica.
La laguna Cartagena se nutre de agua subterránea mineralizada proveniente de la zona oeste del valle y de contribuciones del Canal de Lajas. La Laguna de Guánica, también se nutre de agua subterránea mineralizada proveniente de la zona este del valle, de escorrentías y de inundaciones del río Loco. La laguna está seca la mayor parte del tiempo porque es drenada por un canal, construido en 1955, que la conecta con el Cañón de Los Negros que desemboca en la Bahía de Guánica. Excepto por las importaciones de agua a través del Canal de Lajas, el único otro recurso de agua en este valle, aunque escaso, es el agua subterránea.
El Valle de Lajas contiene dos acuíferos principales: el acuífero aluvial no confinado y el acuífero aluvial confinado. Además de estos acuíferos, existen rocas calizas debajo del aluvión que pudieran contener agua en cantidades moderadas. La geología superficial del valle consiste principalmente en depósitos no consolidados de arcilla y cieno, entrelazados con capas de material sedimentario grueso que es arrastrado por ríos y quebradas efímeras. Estos sedimentos descansan sobre una plataforma volcánica con pequeños bloques de caliza, de edad indeterminada, en la parte sur y suroeste del valle.
Las formaciones ígneas y volcánicas que rodean el Valle de Lajas poseen una permeabilidad baja. Pozos construidos a lo largo del perímetro del valle, generalmente, interceptan la parte meteorizada de las rocas con rendimientos de alrededor de 15 gpm. Formaciones calizas cretácicas-terciarias distribuidas en forma irregular se exponen en las lomas al norte del valle, presumiblemente extendiéndose hacia el sur, donde pudieran estar cubiertas por los depósitos arcillosos y aluviales en el valle. El espesor de las rocas calizas en la parte central del valle alcanza hasta 50 pies y el de los depósitos aluviales alcanza un máximo de 300 pies.
En los acuíferos del Valle de Lajas predominan aguas mineralizadas con bolsillos o parches de agua dulce. Hasta finales del período Terciario (hace 65 – 70 millones de años) el valle estaba cubierto por el mar. Al recesar, sales marinas se acumularon en los suelos. Posteriormente, los depósitos marinos sufrieron alteraciones y descomposición, además de mezclarse con depósitos aluviales. Las sales se retuvieron en los suelos, ante la escasez de lluvia y la baja permeabilidad, que no permitió su solución y remoción.
Pozos hincados en las rocas calizas pueden producir hasta 2,000 gpm, pero el agua se mineraliza en poco tiempo al disolver las sales del suelo. En tiempos modernos, la lluvia que se infiltra a través del aluvión ha disuelto las sales en los acuíferos, mineralizando el agua. En algunos sectores, la recarga de la lluvia y escorrentía fluye a través de zonas de permeabilidad alta, lo que ha resultado en la remoción de sales y la acumulación de bolsillos de agua dulce.
Los recursos de agua dulce subterráneos más significativos del Valle de Lajas se encuentran en la zona oeste. Los bolsillos más importantes ocurren entre fracturas de formaciones calizas. El de mayor extensión es probablemente una formación caliza semi-confinada en la parte noreste del valle. La recarga de agua de los acuíferos se debe a la infiltración de lluvia en el perímetro del valle, la escorrentía de los ríos y quebradas efímeras y, desde 1955, a la aplicación de agua proveniente del Distrito de Riego del Valle de Lajas.
En la zona oeste del valle se extraen hasta 2.5 mgd de agua dulce para abasto público del municipio de Cabo Rojo. En el sector este del valle, hacia Guánica, se extrae hasta 1.0 mgd para abasto público y riego agrícola. Pero en la década de 1940 se extraían hasta 18 mgd de agua subterránea del valle. La mineralización progresiva de las aguas, al disolver las sales, limitó la extracción y las actuales no exceden 5 mgd.
El rendimiento de pozos en el valle varía ampliamente, desde 5 a 690 gpm. Aún con las reducciones en extracciones, las aguas dulces tienen un alto contenido de sólidos disueltos; como consecuencia, no existen pozos de extracción significativa. Los pozos existentes están ubicados mayormente en la parte central y noreste del valle, donde es mayor el potencial de desarrollo de los recursos de agua.
Autor: María A. Juncos Gautier
Publicado: 27 de agosto de 2014.